Probamos la nueva Triumph Tiger Sport 660, que también abre las puertas de la marca británica a los motociclistas que quieran viajar sin tener un maxi en su garaje. Así es como va y cuánto cuesta
2022 en el Calendario de Triunfo es el año del Tigre. De hecho, la familia Hinckley Adventure tiene como objetivo expandirse y renovarse, y si por un lado la nueva versión del buque insignia familiar está lista, el Tigre 1200 (aquí los últimos artículos con todos los detalles), por otro lado, la degradación de desplazamiento comenzó con Tridente mi Calle Triple S continúa en un segmento en constante crecimiento: el de los crossovers. La propuesta británica de rango medio no pretende ser una versión restringida de la reciente. Tiger 850 Sport, pero algo diferente es el Tiger Sport 660 (aquí todos los detalles en nuestro “hacia la prueba”), aparte de las asonancias, acierta perfectamente en la tarea. Es un sport-tourer con todos los adornos y para descubrirlo en detalle puedes leer nuestro “Hacia la prueba”, ahora en cambio nos centramos en las primeras impresiones de conducción después de nuestra prueba en el sur de Portugal.
Medios de viaje
Compacto y elegante en el soporte, acogedor y protector una vez en movimiento: el estudio realizado por Triumph para adentrarse en el mundo de los sport-tourers de media cilindrada ha dado sus frutos: el pequeño Tigre no lo es e incluso los que, como yo, están cerca de los 190 cm están cómodos y sobre todo protegidos: el diseño del casco y de los paneles laterales protege las piernas, y una vez levantado el plexi, el cuerpo y la cabeza quedan protegidos del viento, dejando solo los hombros afuera. Una protección que a velocidades de autopista en invierno (quizás con la ayuda de los puños calefactables opcionales) lo convierte en un turista para todas las estaciones, un detalle que no se da por sentado para un nivel de entrada. Y hablando de las fatídicas 130 veces: aquí, en sexta marcha a poco más de 6.000 rpm, la primera ligeras vibraciones en los estribos y el caballo, incluso si todavía tiene mucha cerveza en su cuerpo. Uno de los pocos, y veniales, dolores de cabeza por la decisión de Triumph de no tocar el Triple de 660 cc en comparación con el Trident, renunciando a una relación más turística. Sin embargo, las ventajas son muchas y se sienten desde las primeras esquinas: el Tiger 660 responde y parpadea en cada apertura de gas pero que explote todo su elasticidad que se convierte en vigor por encima de 5000. Por supuesto, estamos hablando de un motor de 81 CV, pero que llegan cuando más se pueden explotar y, por tanto, hacen que la gente se divierta.
Deporte de nombre y de hecho
El rasguño del tres cilindros es puro placer para los oídos y en el mixto no se tarda en alcanzar ritmos sostenidos: i 206 kg en orden de marcha prácticamente nunca se escuchan y la compacidad de la moto es una invitación a mantener el acelerador abierto. Entre las curvas trazadas con el pincel de la costa sur portuguesa es imposible no notar que, mientras el monoamortiguador se apoya y acompaña más que bien la trayectoria, la horquilla no regulable tiende a ser un hilo suave: permanece rápido y bastante Preciso, es bueno aclararlo, pero no inspira la misma confianza inmediata que el colega de la zaga. Un pecado venial que con el km de tierra es asimilado por quienes lo conducen y que quizás sería parcialmente neutralizado por un ataque más comunicativo. Por otro lado, el desempeño del sistema de frenado Nissin es excelente, más que adecuado al desempeño del Tiger, y de la electrónica: 2 modos de conducción que tienen sentido existir dada la diferencia en la entrega e intervención del ABS y el Control de Tracción, que en modo Carretera, están perfectamente configurados para un público transversal, como es el de esta moto, en responder presente cuando sea necesario. La única ausencia parcialmente justificada del paquete electrónico de la Tiger Sport 660 es el Cruise Control: es cierto que los principales competidores no lo llevan, pero a los que quieran viajar con esta moto les hubiera gustado como opción. Y aún hablando de viajes, la pequeña Triple es apreciada por su consumo y tiene menos sed que los 3 cilindros más grandes de Hinckley: a pesar de que la jornada no se caracterizó por la frugalidad en 250 km de pruebas encontramos un promedio de 20 km con un litro de verde. Competitivo tambien el precio, con la lista de precios a partir de 8.995 euros.
L’Anti-jap
Hay muchos sport-tourers de desplazamiento medio diseñados para los menos experimentados. Triumph ha expresado su opinión con el Tiger Sport 660, que tiene como objetivo diferenciarse en calidad y contenido desde el debut socavando las propuestas de las japonesas, verdaderas reinas del sector. ¿Será el Tracer-Slayer?, quitando el dominio del segmento del turismo de Iwata? Difícil de decir, pero el desafío promete bien y mirando la lista será golpe a golpe.