Entre lesiones, problemas y abandonos, Joan Mir no suma un punto en la clasificación de MotoGP desde el pasado mes de junio, con la octava plaza en el GP de Holanda. Una temporada para olvidar para la mallorquina Suzuki, campeona del mundo en 2020, pero sin podio desde hace un año (Portimao 2021). Seguro que pagó el precio de la noticia filtrada sólo en Jerez, cuando Livio Suppo y los líderes de la selección japonesa anunciaron su adiós al Mundial tras Valencia. La atención del piloto y su mánager Paco Sánchez en ese momento estaba dirigida principalmente al futuro, pero la guinda del pastel llega a Austria con un accidente que le deja inconsciente hasta su regreso a Australia. Pero el momento negativo continúa.
El descenso de Joan Mir
Después de un largo descanso de ocho semanas, regresó al paddock de MotoGP, perdiéndose las últimas cuatro carreras debido a una lesión en el tobillo. Partiendo desde el puesto 14 en el GP de Phillip Island, escaló siete posiciones en cuatro vueltas para llegar al séptimo lugar. En una carrera muy reñida, parecía que podía manejar el desgaste de los neumáticos para atacar en la segunda mitad. En la quinta vuelta, sin embargo, notó problemas en los neumáticos, perdió posiciones de forma irreversible y cruzó la meta en el puesto 18. Desde fuera parecía estar sufriendo las secuelas de la lesión, pero al volver a boxes tras 27 vueltas ha aclarado los problemas encontrados en la Suzuki GSX-RR.
Problemas con los neumáticos
Junto a sus técnicos analizó los datos y encontró que un manómetro defectuoso provocaba un error en el inflado de las llantas. Los mecánicos midieron una presión muy por encima de la recomendada por Michelin y, en cuanto la temperatura aumentaba y en consecuencia también la presión interna, su moto se hacía difícil de manejar. “No tenia agarre en la rueda trasera y la sensación en la delantera tampoco era buena“, explicó Joan Mir. “Finalmente, el chicle se rompió. Tuve mucho patinaje en la rueda trasera, tuve que poner el control de tracción al máximo. Me di cuenta del problema después de la cuarta vuelta, cuando todos en la recta me adelantaron. Nuestra moto suele ir bien a punta, pero ha perdido mucha aceleración en la última curva“.
Una victoria perdida
Las malas sensaciones del campeón de MotoGP 2020 ya se filtraron al inicio del GP de Australia. “En la primera vuelta sentí algo raro, pensé que era por el neumático frío. Pero empeoró vuelta tras vuelta. Me cabrea que todo esto se deba a una medida“. Ambos neumáticos quedaron destrozados al volver a boxes, especialmente el trasero. “Descubrimos que había un problema con el aire del indicador de pozo. No eran solo 0,2 o 0,3 bar. Mi equipo no entiende cómo logró terminar la carrera.“, concluyó Joan Mir. Su impresión es que sin ese defecto”podría haber ganado“, tal y como demuestra el ritmo de su compañero Alex Rins. “Pude haber logrado un buen resultado, duele mucho”. La lesión ahora ha desaparecido, pero la amargura por la actuación no. “Físicamente estoy bien, mentalmente no tanto“.