El truco está ahí, prácticamente no se ve. Desde Holanda llega una Honda VTR 1000 SP1 equipada con un motor Yamaha RD 500 y con los carenados de una NSR: un chapuzón en la tecnología y prestaciones del pasado
¿Listo para emocionarte? Para muchos, la idea de una mezcla entre honda mi yamaha puede sonar como una blasfemia. El caso es que el resultado es de esos que dejan huella. Llamarlo especial es un eufemismo, ya que esta vez realmente exageraron. ¿La idea? Chasis de una Honda VTR SP-1 (y no solo…) y motor de una Yamaha RD500, estrictamente dos tiempos.
Un salto al pasado
Descubierta y propuesta por los compañeros de Todocircuito, esta bicicleta remite a las líneas de la Honda NSR 500 de 1994, ahora realizado por el holandés Peter Volosinovszki. Qué puedo decir, solo mire las imágenes para obtener un verdadero cariño. Cada pequeño detalle está cuidado a la perfección, y ese cuadro tomado del VTR SP-1 (aquí puedes encontrar la prueba del SP-1 contra el SP-2), que “sale” del casco, te hace tiritar, junto con esos escapes que “huelen” a aceite quemado.
El motor V4 elegido por Volosinovszki ya no tiene los 88 caballos originales, sino la belleza de 120 CV declarado a la rueda (140 al eje). Ok, ciertamente no serán los casi 200 HP que corrían en la Clase 500 de la época, pero 120 es suficiente para divertirse, especialmente porque tenemos un peso seco declarado en solo 140 kg! Con tal relación peso/potencia, imaginamos que hay mucha diversión… Volvamos a los escapes, que llevan la firma de un artesano holandés, Petku. El basculante parece absurdo, pero es el de una BMW S1000RR especialmente pulida. También se han revisado las suspensiones, por supuesto Öhlinsmientras que el sistema de frenado está a cargo de Brembo (las pinzas son monobloque).
Ni que decir tiene que los gráficos están tratados al detalle, y el efecto visual nos traslada a aquellos años 90, donde el humo azul era el escenario de nuestros domingos en el sofá viendo las carreras frente al televisor de rayos catódicos. Se habla de un precio cercano a los 40.000 euros. ¿Estarías dispuesto a gastar esa cantidad de dinero solo para disfrutar de esta bicicleta en la pista?