Misión cumplida para Takaaki Nakagami en su médico de cabecera. No hablamos de quién sabe qué colocación, sino del hecho de que consiguió terminar la carrera de Motegi con una mano en su estado. Un fin de semana que no fue nada sencillo, de hecho había muchas dudas sobre si realmente podría competir en todo el Gran Premio. Pero el piloto de LCR apretó los dientes e hizo sus buenos deberes, cruzando la línea de meta en la prueba más sentida. Es el 20, pero lo importante era llegar y Nakagami lo hizo.
Estar allí a toda costa
Recordamos que procedía de un desafortunado accidente ocurrido unos días antes en el GP de Aragón. Un contacto con Marc Márquez, que siempre ha defendido, la caída en medio del grupo y todos los demás que afortunadamente le esquivan, finalmente dos dedos de su mano derecha muy mal cogidos. Abrasiones profundas, pero sobre todo lesiones en los tendones, lo que provocó una operación inmediata el lunes. Sin duda la peor de las condiciones para el regreso del GP de casa en Motegi. Por lo tanto, Takaaki Nakagami tuvo muy pocos días para descansar los dedos, luego solo tuvo que apretar los dientes. Sin embargo, ¡una etapa exitosa, ya que logró completarla! Pronto toca el tercer evento consecutivo, el de Tailandia, pero lo importante para él era estar allá en Japón.
Nakagami sonríe: «El mejor fin de semana»
La elegibilidad para competir llega el jueves, pero los controles de los dedos continúan al final de cada sesión para evaluar su condición. Se vieron muecas de dolor, pero Nakagami no quería rendirse, no en Motegi. «El objetivo principal esta vez era terminar la carrera y lo logré, así que estoy muy orgulloso de mí mismo». El resultado, como decíamos, no es excepcional, 20º y último a 14 segundos de Remy Gardner, pero no era eso lo que buscaba en su condición. Quería estar allí, quería terminar el partido y escuchar a sus fanáticos. “Siempre he dado lo mejor de mí. Fue duro, pero para mí también fue el mejor fin de semana” Nakagami concluyó con una sonrisa.
Foto: motogp.com