La foto de apertura es el compendio de la temporada de Supersport: “Chicos, ¿dónde estáis?” Dominique Aegerter hace buen y mal tiempo cada vez que pierde a sus oponentes en la calle. La segunda prueba del Circuit de Catalunya fue una copia fiel de la del día anterior. El suizo, de 32 años, los deja desahogarse un poco, luego cuando el grupo se hace más largo mete la flecha y vuela en cabeza. Para permanecer allí hasta la bandera a cuadros. Los relatos son elocuentes: en dieciséis carreras, Dominique Aegerter ha sumado doce victorias y catorce podios. Los dos únicos ceros son consecuencia de la locura de Most, cuando simuló una lesión grave tras la caída en la primera vuelta (de la que no tuvo la culpa) para que se suspendiera la carrera. Sin ese cabezazo, que le costó la descalificación en la siguiente carrera y por tanto potenciales 50 puntos, ya tendría el título en la mano…
Escape a la victoria
Aquel mal fin de semana en tierras checas queda ahora cancelado. Aegerter ha vuelto a ganar y ocho carreras para volver a +36 puntos por delante de Lorenzo Baldassarri. El piloto de Romaña había aguantado bien la caída del sábado, luchando contra el dolor que le provocó el mal vuelo de la Superpole. Pero esta vez ha perdido el tren, finalizando en cuarta posición tras ceder también el paso a Stefano Manzi y Can Oncu. Ahora se pone difícil, aunque el camino sea largo y como vimos en Most, cualquier cosa puede pasar.
¡Bravo Manzi!
El expiloto de Moto2 devolvió la Triumph al podio, repitiendo el segundo puesto que ya había celebrado en Most. Esto es de mayor valor, porque Dominique Aegerter no estuvo allí la última vez. La tricilíndrica británica crece, entre previsibles altibajos, y ha pillado a una Ducati que aún no ha encontrado la manera de superar las limitaciones técnicas impuestas a la V2 955.
En Amazon “Cómo diseñé mi sueño” la autobiografía del genio Adrian Newey