Cierra los ojos e imagina a Ducati dejando que la Ducati Panigale V4R de Álvaro Bautista pruebe a los pilotos que intentaron arrebatarle el Campeonato del Mundo de Superbikes 2022, a saber, Jonathan Rea y Toprak Razgatlioglu, los oficiales de las marcas competidoras. No hace falta que te despiertes sudando, sucedió de verdad, en lo que los entusiastas (incluso los que aún no habían nacido) pintan como la “Era Dorada” de las Superbikes, precisamente por hechos como este que estás a punto de leer.
La mágica edición de 1990
El Campeonato del Mundo de Superbikes de 1990 marcó el punto de inflexión por varias razones. Era la tercera edición de la Copa del Mundo, pero la primera dirigida por Maurizio Flammini. La promotora romana contó con grandes patrocinadores, como la italiana Diesel (ropa) que dio nombre a aquella edición, y -aunque tímidamente- también TV, con Rai y Telemontecarlo que ofrecieron resúmenes de cada ronda el jueves siguiente. Después de dos triunfos de Honda con Fred Merkel, 1990 también selló el primer éxito histórico de Ducati en el Campeonato del Mundo con Raymond Roche. Se iniciaba una era de repetidas conquistas que recién terminaría en 2011, último título de Carlos Checa antes de la larguísima racha interrumpida este año por Álvaro Bautista. Roche, un francés de Marsella, venía del GP 500 y el equipo oficial de Ducati lo dirigía Marco Lucchinelli, ex campeón del mundo de 500. Dos años antes había intentado el asalto a Superbike, pero tras el éxito en la carrera inaugural en Donington , el 851 se había averiado demasiadas veces para llevarlo al trono. Se había consolado ganando como entrenador del equipo.
Un equipo de locos
Hoy Ducati hace más noticia cuando pierde, pero en aquel triunfo de 1990 hizo historia. Raymond Roche ganó ese año en Sugo, Japón, donde una marca italiana no se había destacado en 37 años, con Mike Hailwood en MV Agusta. Luego rompió la Copa del Mundo, derribando las esperanzas de los gigantes japoneses en Philip Island, Australia, con una ronda de sobra. No fue fácil, porque en aquella edición Honda, Kawasaki, Suzuki y Yamaha corrieron en forma oficial: había dieciocho pilotos oficiales en parrilla. Raymond Roche y los mecánicos enloquecieron de alegría, arrastrados por un gascón como Marco Lucchinelli. Durante el juego 2, una vez que terminaron los juegos, el jefe tenía el cartel “¿Caja?” Cosa que Roche no entendió: Marco quería que volviera antes de la llegada, en señal de superioridad y para desatar inmediatamente la fiesta. La noche siguiente fue muy larga y alcohólica. Tanto es así que al regresar al hotel uno de los autos del equipo corría el riesgo de terminar fuera del puente que conecta el continente con Phillip Island.
¡Por favor, pónganse cómodos!
Ducati corrió con el 851 de dos cilindros, contra el japonés 750 de cuatro cilindros. En aquella época las Superbikes tenían 120-130 caballos de fuerza (cien menos que hoy…) pero la “Cohete italiano”, como lo llamaron los estadounidenses, hizo estragos en el anverso. Entonces, durante toda la temporada, los oponentes se quejaron de la mayor capacidad cúbica, tal como se quejan hoy del peso pluma Bautista. Después de Australia, la Superbike voló a Nueva Zelanda, para la ronda final de Manfeild, una vez terminados los juegos. Así que Marco Lucchinelli, para barrer las críticas, invitó a sus rivales más rápidos a dar una vuelta con la 851 de Raymond Roche. Ocurrió el jueves, en la víspera de los primeros ensayos, y no les pidieron ayuda. Stephane Mertens, un protegido de Honda, el oficial de Yamaha Rob Mc Elnea, y también nuestro propio Fabrizio Pirovano, que con la Yamaha OW01 preparada por Giuseppe Russo (pero, desde ese año, seguido muy de cerca por Yamaha Motor Co…) había ganado cuatro de las seis carreras anteriores.
¿Intentamos proponerlo hoy?
El más rápido fue el propio Piro, con 1’12”, unos tres segundos menos que los tiempos que habrían marcado los mejores, con sus respectivas motos, en la calificación oficial. Desde que estuvo allí, también hizo algunas vueltas el propio Marco Lucchinelli, que tenía 36 años en 1990 pero se retiró a finales de 1988. Hizo una vuelta de 1’16”, nada mal teniendo en cuenta que probablemente aún no había recuperado la sobriedad en Phillip Island. Una vez más este año, Ducati ganó el Campeonato del Mundo con una ronda de sobra, en Indonesia, y la semana siguiente fue a competir en Phillip Island. Pero el jueves a nadie se le ocurrió dejar que Jonathan Rea, Toprak Razgtalioglu y algunos otros oponentes probaran la Panigale. Superbike en los años 90 era apuesta, ambición y locura. Por eso se la recuerda como la “Era Dorada”, mientras que la actual es solo un bonito campeonato de motos.
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