Solo aquellos que saben poco sobre Superbike podrían haber imaginado que sería un debut cuesta abajo para Danilo Petrucci. El primer fin de semana del ex MotoGP va fichado con tres posiciones al borde del top ten: en mojado, en la carrera 1, finalizó octavo, recogiendo 31 segundos por detrás. En la carrera 2, en condiciones climáticas ideales, terminó noveno a 18 segundos. Undécimo en la carrera sprint, a 13 segundos del vencedor Álvaro Bautista. ¿Le fue bien o mal a Danilo?
Fase de rodaje
Petrucci se vio obligado a lidiar con una serie de factores desconocidos. Por ejemplo, nunca había pilotado la Ducati Panigale V4 R con las Pirelli en mojado, por lo que no supo aprovechar su conocida aptitud para la lluvia. Se corría por primera vez la Superpole Race, que contar solo diez vueltas es una especie de riesgo, todo donde nadie cede un centímetro. “Pagué por no tener experiencia en carreras cortas, tomé algunos asientos en la salida y tuve una mala primera vuelta» comentó Petrux. “En una carrera de solo 10 vueltas no te lo puedes permitir, todavía tengo que tomar las medidas”. Por supuesto, la experiencia importa. Pero, conociendo su determinación, si estuviera bien, se habría ocupado de ello. Viene de MotoGP, donde la primera vuelta siempre es fuego y llamas. El día anterior, en mojado, en la última vuelta no se había ahorrado palabras para intentar deshacerse de Xavi Vierge. El problema es técnico, no competitivo.
La brecha no baja
En la carrera 2, la única verdaderamente indicativa del fin de semana, Petrucci se ha llevado a casa puntos preciosos pero lo que importa, en esta fase, es la diferencia con la referencia de delante, que es Alvarito. Durante las 22 vueltas, la diferencia fue de 18 segundos, un poco menos de un segundo por vuelta. Es, más o menos, el retraso que acusó Petrucci en los test de pretemporada y también en las sesiones clasificatorias de la primera vuelta. «No tengo confianza en la delantera y el viento que soplaba el domingo empeoró la situación» explicó Danilo. “No estoy bien con la puesta a punto, estaba perdiendo en las curvas rápidas y pagando unas décimas por vuelta». El recién llegado también fue seguido por dos pilotos independientes de Ducati, Bassani y Oettl, que tienen un potencial técnico idéntico al suyo pero más experiencia. El primer objetivo es precisamente este: ser el mejor de los Ducatistas no oficiales.
¿Cuánto margen hay?
Petrucci es un gran piloto, pero tenemos que ser realistas: en Superbike la brecha técnica entre un equipo oficial y una estructura satélite, incluso una de alto nivel como Barni Racing, es abismal. Ducati es más o menos lo mismo, hablando de componentes. Pero Bautista y Rinaldi tienen a sus espaldas el mejor departamento de carreras de motos del mundo de los últimos años. La base de datos es enorme: datos de configuración, calibraciones electrónicas, archivo. Todo está estudiado hasta el último minuto para explotar el potencial del motor, del chasis y sobre todo de los neumáticos. En Superbike, aunque poca gente hable de ello, son un factor decisivo: los Pirelli son muy rápidos pero como son neumáticos «comerciales», es decir, también disponibles en el mercado, cuesta un momento perderse en la gestión.
El horizonte
El debut fue lo que era de imaginar, eso es una especie de limbo, prácticamente un allanamiento. “El objetivo es seguir adelante, todavía nos falta algo, pero no estamos tan lejos” es la esperanza de Petrucci. «Hemos trabajado bien y puedo estar contento con el progreso que hemos hecho junto con el equipo». Sí, el camino recorrido es alentador, pero la pregunta que queda en suspenso es: ¿tendrá Danilo el potencial técnico, entendido como la gestión integral del vehículo, para aspirar a mirar a los ojos a un Álvaro Bautista tan inspirado?
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Foto: Carreras de Barney