Obra maestra de Alex Delbianco en la penúltima ronda del Campeonato de Italia de Superbikes. El piloto de Rimini, sobre Aprilia, solo tenía una forma de mantener abierto el campeonato: ganar y engañar a Michele Pirro. Y así lo hizo. La carrera estuvo llena de emociones.
Tras hacerse con la pole position, Pirro parece destinado al monólogo de siempre. Delbianco está afectado, parece estar en problemas y el único capaz de seguirles el paso es Lorenzo Zanetti pero en la octava vuelta, bandera roja por accidente de Gianluca Sconza. El piloto está bien, pero la pista está sucia, por lo que la carrera se interrumpió y se reinicia durante siete vueltas muy ajustadas. Zanetti sale de boxes y luego se retira. Pirro empieza bien al igual que Delbianco que parece otro tras la interrupción. Ataca a Pirro desde las primeras curvas y lo mantiene constantemente bajo presión. Se arriesga pero no tiene nada que perder.
Pirro quiere ganar a toda costa y no se conforma con un segundo puesto. Los dos pilotos inician un duelo fantástico, lleno de suspenso. En la penúltima vuelta, Michele Pirro pisa tierra, frena al salir de la línea y se cae, mientras que Alex Delbianco gana en solitario. El piloto del equipo Barni logra entonces llevar la bicicleta a la línea de meta y aun así conquistar cuatro puntos. Alex Debianco ha reducido significativamente la brecha y ahora está a 15 puntos de Pyrrhus. En el segundo escalón del podio Andrea Mantovani y en el tercero Luca Vitali.
“Ahora lo creo – comenta Alex Delbianco – Intenté presionar a Pyrrhus y lo logré. Es mi primer podio en Imola y no ha sido por suerte sino porque me lo merecía”.
Foto Salvatore Annarumma
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