El Mundial de Superbikes ya congelado no ha cerrado Álvaro Bautista. En Phillip Island, en la gran final que vale el título de Constructi, el nuevo campeón del mundo firma la sexta pole, jugando por delante de Jonathan Rea y las gotas de lluvia que turbaron los últimos 3-4 minutos de la sesión. En la tercera sesión, en mojado, el norirlandés había arrebatado el mejor tiempo, con Bautista cuarto. Pero en los quince minutos de todo o nada, en una pista seca con inquietantes manchas de humedad, el Ducatista encendió el turbo. Si la carrera está seca, Bautista tiene el potencial de repetir el triplete mortal de 2019, cuando hizo su debut en la Panigale V4 R al infligir brechas vergonzosas para todos. El clima, sin embargo, no es tranquilizador.
