El inicio de la temporada deportiva 2023 aún está lejos pero Simone Saltarelli ya ganó. El jinete de Senigallia vuelve a la carga tras el grave accidente de Imola en la última prueba del Trofeo Nacional. Sus amigos pilotos lo llaman en broma “abuelo” porque es el mayor de la pandilla pero tiene el entusiasmo y el deseo de correr de un niño. La semana pasada dio una vuelta con la moto motard junto a Alex Delbianco, este fue a Jerez para tres días de entrenamiento con el TCF Racing Team. Después de tres meses de sufrimiento, dudas e incertidumbres, Simone Saltarelli finalmente pudo respirar aliviada.
“Todo salió bastante bien – le dice Simone Saltarelli a Corsedimoto – Tuvimos tres días tranquilos: en la práctica fue una prueba física. Monté con la R1 de mi jefe de equipo y con una Ducati V4, no la Honda que usaré este año en el CIV Superbike. Estoy extrañamente feliz de haberle quitado un par de segundos a Mahias que estaba en Jerez probando para el Campeonato del Mundo mientras corría con una moto que no es la mía y todavía con varios problemas físicos. Solo traté de ponerme en movimiento nuevamente y recuperar mi fuerza física”.
¿Cómo estás 100 días después de ese grave accidente?
“Me duele la espalda porque he tenido una hernia y entonces me duele un poco pero me estoy recuperando. Tengo que recuperar los automatismos y la fuerza en el hombro pero está bien. Estos tres días me han ayudado a recuperar el control de la situación y la confianza que me falta un poco. Todavía tengo mucho cuidado con los adelantamientos y las frenadas rápidas, pero creo que es comprensible después de lo que he tenido”.
¿Estás seguro?
“Sí, estoy bastante feliz. La esperanza es volver a mis niveles, de hecho, dar un paso más ya que este año estaré en el CIV Superbike, un campeonato difícil y de mucho nivel. En febrero volveré a subirme al sillín y hacer unos test con la moto y espero ser ya el Simone que era antes de la lesión”.