Álvaro está a punto de expirar su contrato como en 2019, pero esta vez la historia será otra y el balear podría incluso ser el primero entre Toprak y Rea en definir su 2023
Un inicio de temporada para enmarcar el de Álvaro Bautista y Ducati. Decirlo son los números: 4 victorias en las tres primeras pruebas y cima del Mundial con casi 20 puntos ante la Kawasaki de Johnny Rea, primera de las rivales.
Desde que volví a subirme al sillín de la Panigale V4, el español parece ser el único capaz de potenciar el potencial de la Roja hasta el punto de comandar los rankings mundiales. Es un Bautista sereno, despreocupado y sonriente, capaz de tener el control total del vehículo, transmitiendo confianza y armonía dentro del equipo.
El camino, por tanto, ha sido trazado y sólo queda seguirlo. Lo sabe bien Álvaro, que en esta segunda vida con Ducati está experimentando una especie de renacimiento tras las dificultades vividas en los dos años con Honda. La mente del número 19, por lo tanto, está libre de pensamientos y centrada en el presente, pero al mismo tiempo mira hacia un futuro que seguramente será en tonos rojos.
Si el español es un referente para Aruba, para Álvaro la tricolor es una especie de segunda casa y entonces no hay mejor lugar para seguir trabajando y creciendo juntos. Exactamente por eso, la voluntad del equipo dirigido por Stefano Cecconi es definir cuanto antes el futuro de su abanderado.
Por el lado contractual, Álvaro expira al final de la temporada y la intención es jugar temprano, cerrar el trato rápidamente. De hecho, Aruba quiere seguir con él y lo mismo ocurre con el español. Tras la quemadura de sol que se produjo en el verano de 2019, Bautista no parece nada dispuesto a subirse a otros sillines, teniendo en cuenta que Por el momento, la única posibilidad podría estar representada por BMW, en caso de que la renovación con van der Mark no se lleve a cabo.
El día en que Aruba anuncia la extensión de su compromiso con SBK hasta 2024 y se convierte en patrocinador principal de los comodines de MotoGP de Michele Pirro, todos los esfuerzos ahora se concentran en la renovación de Álvaro. La idea es la de un contrato anual para 2023 con opción a la segunda temporada vinculada a 2024. Para Bautista, por tanto, podría presagiarse una especie de larga vida en rojo.
En una Superbike donde Toprak sigue esperando para probar MotoGP, mientras Rea espera para sentarse a la mesa con Kawasaki, Bautista podría adelantarse a los dos rivales para definir su futuro. Misano no sería para nada mal escenario para el esperado anuncio.