“Ahora nos hemos acercado, lo mismo pasó con Lorenzo y Stoner también. ¿Probar la Ducati? No bromeemos, cuando te subes a una MotoGP tienes que hacerlo con gol”
Ha comenzado el mundial, por primera vez en un cuarto de siglo sin Valentino Rossi. El Doctor vio la primera carrera en Qatar en un lugar muy especial: “en el hospital con Julieta recién nacida”. Lo contó en una larga entrevista concedida a Il Giornale y creada por Benny Casadei Lucchi y Stefano Saragoni.
Para Valentino, mirar su mundo desde el exterior no fue un shock: “Pensé: ‘Qué vago no estar ahí fuera en la pista”. El año pasado tenía muchas ganas de cerrar con alegría en Valencia, y lo conseguí. Así que ahora me dio placer ver a los médicos de cabecera desde el sofá.. Soy un gran aficionado a las motos, me gusta seguirlas a todas partes. Y me gusta animar a nuestros conductores.”.
Continuará apoyándolos mientras continúa su carrera deportiva, pero sobre cuatro ruedas, con la primera carrera del GT Challenge esperándolo el próximo fin de semana.
“Quiero convertirme en un piloto fuerte, quiero entender más o menos a dónde puedo ir y algún día intentar las 24 Horas de Le Mans.” el objetivo.
Los coches son el futuro, las motos son el pasado y por el momento parecen un capítulo cerrado. Ni siquiera la oportunidad de probar la Ducati de su equipo, la VR46, le atrae.
“no bromeemos – dijo Valentino – Cuando te subes a una MotoGP hay que hacerlo con gol porque es una moto brutal que va muy rápido y no tiene sentido ir al 75%. No echo de menos MotoGP”.
Habría muchas historias que contar, en primer lugar las de las grandes rivalidades: Biaggi, Stoner, Lorenzo. Las relaciones son ahora mucho más relajadas.
“Gran acercamiento con Casey, que muchas veces me manda mensajes desde Australia, me pregunta por la chica, incluso nos conocimos – reveló el Doctor – Y acercamiento con Lorenzo también, ahora es amigo., llegó al km 100 de la Estancia, por la tarde estuvimos bailando juntos. E incluso acercamiento con Max”.
el Doctor incluso admitió que había pisado demasiado con el Corsario.
“También porque yo no era nadie y él era el número uno de Italia y uno de los más fuertes del mundo y empecé a cabrearlo. yo era un bastardo -sonrió- Pero ahora todo ha pasado, estamos reunidos. Fue una linda rivalidad deportiva”.