Ottavio Missoni es un gigante a nivel físico con sus dos metros de altura, profesional con su compañía y deportista. No es un conductor profesional sino un súper entusiasta. Ya poder clasificarse para el Dakar es un éxito, terminarlo en el puesto 70 entre las motos y en el 47 de su categoría es una auténtica proeza. La semana pasada conoció a cientos de entusiastas en la Motor Bike Expo, junto con Franco Picco. Mientras contaba su Dakar sus ojos brillaban y sonreía.
“Vivo cerca de Varese – Ottavio Missoni le dice a Corsedimoto – cuando era niño vi salir con camiones a los Cagiva Lucky Explorers y fue algo que me emocionó mucho. Era un sueño que llevaba dentro de mí, incluso hablándolo con mi papá. Tenía muchas ganas de participar en el Dakar y el año pasado ver a los Winkler, hijo y padre, hacerlo juntos fue un buen estímulo. No he podido hacerlo con mi padre porque mi padre ya no está con nosotros, pero he realizado un sueño que compartía con él”.
¿Terminar la carrera y estar entre los cincuenta primeros de la clase ya era una victoria?
“Concluir el Dakar, mi primera vez, fue un éxito, independientemente del resultado. Fue considerado uno de los más exigentes de la historia debido a las condiciones climáticas particularmente difíciles y raras de Arabia Saudita. Ha sido la experiencia en moto más dura de mi vida, pero ¿lo volveré a hacer? Quién sabe, tal vez sí. El Dakar es verdaderamente un contraste de emociones, en todos los sentidos. ¿Lo haré de nuevo? Piensas sí y luego no y luego sí de nuevo. Igual que en la carrera: ¿acabo o no acabo?”.
Admítelo, lo volverás a hacer.
“Espero volver a hacerlo. Es algo que hay que organizar bien, hay que prepararse, hacer muchos sacrificios para estar listo pero espero volver a hacerlo en el futuro”.
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