El resultado de la primera sesión de entrenamientos de MotoGP en Valencia hizo vibrar a Pecco Bagnaia. Fabio Quartararo marca la mejor vuelta, el piloto de Ducati 17º. Si la carrera acabara así sería la confirmación del campeón de Francia, afortunadamente solo es la FP1. En el paddock se encuentran Etienne Quartararo y Pietro Bagnaia, padres de los dos aspirantes al título, amigos de toda la vida. En 2021 fue ‘El Diablo’ el que se impuso, esta vez los papeles podrían invertirse, pero nada cambiará en la relación entre las dos familias.
Bagnaia y Quartararo cruzaron destinos
Papa Etienne es muy objetivo y sincero. «Si a principio de temporada me hubieran dicho que me apuntara al segundo puesto lo hubiera hecho“, cuenta a ‘La Gazzetta dello Sport’. «Porque sabía lo fuerte que era Ducati y lo mucho que habría luchado mi hijo, el único que iba rápido con Yamaha. Pero ahora que estamos aquí, obviamente eso espero«. Fabio Quartararo necesita necesariamente una victoria y espera que Pecco Bagnaia termine 15º o fuera de los puntos. Su amistad se remonta a 2009, cuando los padres de los dos chicos se conocieron”en Castellolì, una pista de la federación española diseñada por Pedrosa. Fabio corrió en el 50 y Pecco en el 80“.
amor de padres
Los caminos se cruzaron en la pista recién en 2017, cuando los dos pilotos compitieron en Moto2. La relación entre ambos es leal y respetuosa, incluso demasiado según algunos, pero nunca de amistad. Quizás tras la despedida de MotoGP también puedan sentarse a cenar juntos. «Tal vez algún día se conviertan en uno, hagan deporte juntos o algo más, pero hoy este es su trabajo, su vida.“, añade Étienne. Pero la relación entre los padres avanza a toda velocidad, muchas veces se encuentran paseando por los países del Campeonato Mundial. «Huelo a gente y la familia de Pietro es muy parecida a la mía… Lo primero que queremos es que traigan la moto de vuelta al garaje, gane o no pase a un segundo plano“.
La última ronda de MotoGP
Elegancia, respeto, amor por los niños distinguen a los padres de dos dos campeones que compiten por el título de MotoGP por segundo año consecutivo. «Mi hijo ya ha ganado un campeonato mundial, ahora le toca a Pietro experimentar esta emoción.“, Se ríe papá Quartararo. «Te soy sincero, solo quiero una cosa, que mi hijo vuelva al garaje el domingo y que Pecco haga lo mismo. No espero que Pecco se caiga. No jugamos al tenis ni al golf, sabemos lo que arriesgamos todos los domingos. Lo que más aprecié en Pecco, cuando Fabio se convirtió en campeón mundial el año pasado, fue verlo esperar en el pit lane y abrazarlo. lo tallé en mi corazón“.