“No puedo decir nada malo de Yamaha, pero no pudimos hacer que la moto funcionara y me estaba volviendo loco. Elegí Aprilia porque quería tener un equipo a mi alrededor”.
La historia de Maverick Vinales en MotoGP ha estado llena de giros y vueltas y decisiones sorpresivas. En 2015 hizo su debut en la categoría reina con la Suzuki, llevándola a la victoria al año siguiente, justo antes de abandonarla por Yamaha. Había elegido la M1 para aspirar al título, un objetivo que nunca logró, hasta su divorcio el verano pasado, en la temporada en la que Quartararo llevó a Yamaha a la victoria en el campeonato.
La Top Gun española siempre ha demostrado un talento cristalino, pero también de ser demasiado constante y, en ocasiones, de tomar malas decisiones. Lo admitió él mismo en una entrevista concedida a la carrera en la que, recordando su despedida de Suzuki, declaró: “No quiero hablar demasiado sobre el pasado, pero está claro que cometí un error. Al final habíamos creado un equipo realmente bueno, pero en ese momento la Yamaha era una moto ganadora y decidí seguir ese camino.. No sé si estuvo bien o mal, porque al final tu tomas tu decisiónnorte”.
Había comenzado bien con el azul de Iwata, pero luego se perdió. Como ya se mencionó, en 2020 la relación terminó abruptamente. Sin embargo, incluso después de meses, Viñales no guarda rencor a Yamaha: “Solo quiero decirles palabras bonitas, porque no tengo nada malo que decir. Siempre he dicho que la moto es genial, pero no sabíamos exactamente cómo hacerla funcionar, porque a veces me sentía imbatible y en otras era el último. Me estaba volviendo loco”.
Para Viñales era hora de un punto de inflexión y no de montar una moto ganadora. se ha centrado en Aprilia, creciendo pero aún no al nivel de los mejores competidores.
“Quería sentir un equipo a mi alrededor, por eso cambié – ha explicado – Tener todo ese ambiente, esa pasión, y sobre todo porque creo que cuando vas a un lugar donde todo el mundo tiene hambre te empuja aún más “.
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