Hacía falta la vuelta de Marc Márquez para ver trabajar a todo el equipo técnico de Repsol Honda. Para Pol Espargarò la segunda temporada de MotoGP con la RC213V resultó ser más desastrosa que la primera, hay rabia y amargura por los dos años decepcionantes. Antes del campeonato de 2020 había firmado la transición de KTM a HRC para los próximos dos años, tenía que ser la mayor oportunidad para consolidarse como campeón del mundo. En el verano de 2022 firmó un regreso a KTM, única opción para quedarse en los juegos mundiales con el equipo satélite Tech3. Aquí se encontrará con su jefe de equipo Paul Trevathan, hará equipo con el novato Augusto Fernández, pero el objetivo es jugar a la par con Jack Miller y Brad Binder.
Dos años de pesadilla en MotoGP
Queda por concluir este largo calvario con Honda, en una temporada de MotoGP que ofreció solo un podio “errante” en su debut en Qatar. El menor de los hermanos Espargarò pasó entonces por una fase de decadencia, luchando con una moto que solo Marc Márquez sabe manejar. El matrimonio con el Ala Dorada se ha convertido en una pesadilla, los resultados no son los esperados por ambas partes. Será Joan Mir quien ocupe su rincón del box, no le quedó mejor opción después de que Suzuki anunciara que quería dejar el Mundial al final del campeonato. Tendrá que lidiar no solo con un prototipo que aún no ha encontrado su equilibrio, sino con un entorno “marqueado” que no será posible modificar.
Pol Espargarò no encontró estímulo cuando su compañero de box volvió a la prueba de Misano. Al contrario, notó algunos cambios que no le gustaron para nada. «Desde que llegó a Misano, todo el mundo ha vuelto al trabajo. Nada ha cambiado para mí, todo lo contrario. Ahora que me voy todos saben que no hay motivación para mejorar, tengo lo que tengo y tengo que seguir adelante. No me viene nada nuevo y se que seguiré luchando, nadie me está ayudando en esta situación.«. Honda está trabajando en el proyecto MotoGP 2023, pero las últimas actualizaciones solo están disponibles para Marc Márquez y Taka Nakagami, ya que Pol y Alex Márquez cambiarán su decoración y el fabricante japonés no quiere dar ninguna información a los rivales.
El final del calvario de Honda
No es fácil mantener alta la motivación en una situación tan difícil. El obispo de Granollers apela al sentido del deber (y del contrato) para cerrar este período de dos años de la forma menos dolorosa posible. «Soy un empleado de esta empresa y haré lo que ellos quieran. – añadió Pol Espargarò tras el GP de Tailandia -. Intentaré algo nuevo si me necesitan, de lo contrario, estoy en sus manos para bien o para mal. No me parece justo hablar mal de ellos«. En noviembre podrá volver a subirse a la KTM RC16 durante el test de Valencia, antes de eso aún quedan tres Grandes Premios por completar con mucho esfuerzo. «No es correcto hablar mal de ello. Me dieron la oportunidad de andar en esta bicicleta. – concluyó Pol Espargarò -. Incluso si los resultados no están llegando, les estoy agradecido por eso.“.