Dejar una marca para empezar con otra no siempre es fácil. Jack Miller ha tenido tres intensos días de pruebas oficiales en Sepang, pero está claro que aún queda trabajo por hacer. Por supuesto, la transición de una Ducati Desmosedici a una KTM RC16 no es inmediata, pero el accidente del último día no le ayudó especialmente, ya que terminó 18º, sin contrarreloj en un día ‘de clasificación’. Un pequeño contratiempo que desde luego no preocupa a Miller, que está muy concentrado en su nueva aventura en MotoGP.
en pequeños pasos
Las pruebas fueron principalmente para Brad Binder, el único confirmado, y Pol Espargaró, que ya tiene algo de experiencia en la KTM. Para Jack Miller el principal objetivo de estos días era adaptarse a una moto muy diferente a la que ha corrido en los últimos cinco años. Aunque cada vez hay menos tiempo para ello, dado el nivel actual de la categoría y el número cada vez más reducido de días de prueba disponibles. En cuanto a la RC16, el nuevo motor convence a Miller, que ha trabajado mucho en la configuración y la geometría para encontrar la mejor sensación posible a horcajadas sobre la RC16. El accidente en la curva 1 en la mañana del último día lo ralentizó un poco, entonces hay que mejorar el paso por curva, pero en general el balance es positivo.
Miller: «Entender la moto y adaptarnos»
“En cuanto a la configuración, es un poco como chocar contra una pared” cuenta el piloto australiano a motogp.com al final de los tres días en Sepang. Avanzamos con pequeños pero constantes pasos hacia adelante. “Se trata de entender la moto y adaptarnos a los mejores, para aprovechar sus puntos fuertes” Miller continuó. En cuanto al resto de la parrilla de MotoGP, dentro de un mes el circuito de Portimao acogerá el test más importante, ya que es la última oportunidad para realizar algunos test antes del inicio del campeonato. Será un año lleno de novedades, incógnitas y cambios, con el dúo Miller-KTM representando una de las colaboraciones más interesantes de observar.
Foto: Valter Magatti