Tras el paréntesis de Ducati, Jack Miller aterrizó en KTM donde se encontró con una RC16 muy competitiva, superando las expectativas de la víspera. La casa austriaca ha avanzado considerablemente en los últimos meses, tanto que es el único verdadero rival de la marca emiliana. El piloto australiano ya ha conseguido tres podios esta temporada de MotoGP (dos en la carrera de velocidad), sumando un botín de 90 puntos que le avalan el octavo puesto de la clasificación.
El intrépido Jack Miller
Ciertamente Jack Miller ha silenciado muchas voces críticas, que querían que estuviera condenado tras dejar la Desmosedici GP. “He demostrado que tengo una muy buena moto y que no soy un mal piloto“, le dijo a Crash.net. Cuando firmó con Ducati en 2018, no tenía a su disposición un prototipo ganador de MotoGP. Paso a paso ha contribuido a la evolución de la moto, hasta llevarla a cotas sublimes. “Cuando me subí a la Ducati, no era la mejor moto. La gente olvida eso muy rápido, eres tan bueno como tu última carrera, es un negocio despiadado.“.
De Honda a Ducati… a KTM
Jack Miller tenía una buena oferta para quedarse en Honda, en ese momento una moto ganadora con Marc Márquez. En cambio, prefirió creer en el proyecto de Gigi Dall’Igna e intuyó la tendencia ascendente de Borgo Panigale. “La percepción en este paddock puede ser rara, no sé, es como si te vieran como un extraño aquí o qué. Pero sí, seguro que dudan de mí más que de los demás.“. La misma situación podría ocurrir con KTM y el RC16 está demostrando estar en alza. Es difícil decir si es “Intuición o algo. Pero vi a algunos tipos que ya conocía [della Ducati] OMS [alla KTM]además de los muchachos que estaban trayendo y lo que estaban poniendo en el proyecto… Así que pensé ‘ahora es el momento, es ahora o nunca’“.