Un domingo bestial: las lágrimas de Bastianini y Nadia, el asombro de Vietti, la felicidad de Migno. Pero también está el lado oscuro de la luna.
Las lágrimas de Enea Bastianini y Nadia Gresini se abrazaron en el podio. La mirada incrédula de Celestino Vietti. Las quejas de Andrea Migno sobre un podio sin alcohol. Tres instantáneas que no logran contar un domingo bestial, bajo el signo de tres italianos que lo tiñeron de azul.
Casi demasiado bueno para ser verdad, tan bueno que te hace olvidar el lío de Bagnaia y las dificultades de Morbidelli. Por ahora estamos de celebración, sabiendo que el grupo aún puede ser más grande.
LO BUENO – Descontado para empezar con el hat-trick italiano, pero algún día hubiera parecido un cuento de ciencia ficción. Con Migno (que llevaba casi 5 años sin ganar), Vietti (que nunca lo había hecho en Moto2) y Bastianini (como arriba, pero en MotoGP) en el papel principal. Lla realidad supera a la imaginación en una noche árabe en la que las estrellas del cielo se alinean y las de la pista brillan. Tres pilotos sin mancha y sin miedo, esperando que sea solo el prólogo de una larga historia de 21 Grandes Premios.
IL UGLY – Nervioso en la silla de montar y frente a los micrófonos, Pecco Bagnaia ha descubierto que la luna tiene un lado oscuro. Ser el guía dentro del garaje trae consigo honores y cargas, en Qatar experimentó esto último. Una salida en falso molesta pero no afecta en nada, siempre y cuando la atesores y la superes. Lo que pueden hacer los piamonteses.
LO MALO – Antes de las motos en la pista, volaron los papeles timbrados. Todo en contra de que Ducati prohíba el reductor delantero, que no está prohibido por el reglamento pero al resto de fabricantes no les gusta. La fantasía no tiene límites, a menos que choque con el muro del MSMA. Cuando decimos que, a veces, MotoGP debería inspirarse en la Fórmula 1, no lo decimos en serio.
LA DECEPCIÓN – Teníamos algunas dudas sobre Yamaha, pero Suzuki en cambio lo elogió todo el invierno: después de la primera carrera ambos se lamen las heridas, más profundas para el M1. La GSX-RR dio algunos destellos (en pruebas), completamente negra para su hermana japonesa. Si solo fue un paso en falso lo sabremos en dos semanas.
LA CONFIRMACIÓN – El negro es el color de la noche y Aprilia se presentó totalmente vestida para la primera cita del año. Con Aleix Espargarò la complicidad ha ido madurando con los años y ambos se saludaban con una sonrisa. Maverick Viñales, por otro lado, aún no la conoce bien y debe haber cometido algún error al verlo a su llegada.
EL ERROR – Solo uno, pero uno que estropea una carrera por lo demás perfecta. Perdón por Ayumu Sasaki, estrella hasta un lateral alto que no lo tumbó a él sino al carenado de su moto.
LA SORPRESA – Más misteriosa que el bosón de Higgs es la KTM. Nadie ha averiguado aún si es competitivo o no, pero sobre todo cuándo lo es. En caso de duda, Brad Binder se llevó a casa la copa del segundo lugar, dejando la tarea de teorizar sobre el potencial del RC16 a otros.
ADELANTAMIENTO – Enea Bastianini sobre Pol Espargarò, con un ejemplo de rotura quirúrgica que llevó al español a cometer un error. Quizás no el más espectacular, pero sí el más concreto.
LA CURIOSIDAD’ – La última vez que tres italianos lideraron los campeonatos en sus respectivas clases fue en 1996 con Luca Cadalora en 500, Max Biaggi en 250 y Stefano Perugini en 125.
TE LO DIJE – “Ninguno de los tres pilotos que salen desde la primera fila tiene el mejor ritmo“. Los hechos han desmentido a Marc Márquez.