Aprilia y Aleix Espargarò dan el pistoletazo de salida a una fiesta preparada desde hace años, Bagnaia se pone nerviosa, Quartararo desaparece
Todo lo que está bien que termine bien. Los ponentes llegan tarde a Termas de Rio Hondo, como la victoria de Aprilia, pero el final feliz está ahí tanto para el GP como para la casa Noale. Aleix espera su primera vez 32 años y resulta ser un piloto top, Noale vuelve a ser la capital del motociclismo italiano y tras muchas lágrimas de sufrimiento llegan las de alegría.
Vietti se acostumbra rápidamentecada vez más dueño de una Moto2 que busca a toda costa un nuevo fenómeno en el horizonte y no se da cuenta de que tiene uno a su lado.
MotoGP no es un cuento de hadas y si Espargarò es el héroe sobre su caballo negro, los perdedores están detrás de él. Quartararo que tiene que someterse a los humores de su Yamaha, todo lo contrario en Ducati: con la Desmosedici a merced del nerviosismo de Bagnaia, afortunadamente calmado a tiempo para la carrera.
LO BUENO – Si la expectativa de placer es en sí misma placer, la vivida por Aleix Espargarò y Aprilia debió de ser trastornadora. Un éxtasis esperado durante 32 años por el conductor y 7 por la empresa, que detuvo el tiempo en un momento de alegría y lágrimas. En las competencias solo importa ganar, hacerlo es una liberación, un premio al sufrimiento, a los desvelos, a las dudas ya las críticas. Solo queda disfrutarlo unos días, volver a empezar en Austin, sabiendo que no tendrás que esperar tanto.
EL FEO – El campeón del mundo es incapaz de ganar pero tampoco de convencer, sobre una Yamaha inescrutable. Un pinchazo arruina el viaje a Argentina de Morbidelli, pero Fabio Quartararo tampoco disfruta. El francés espera la llegada de pistas amigas y la supresión de rectas por reglamento y mientras tanto se lame las heridas.
EL MALO – En Indonesia, electrónica con ánimo de locura, en Argentina un dispositivo de descenso tan terco que no quiere levantarse, mientras tanto gana la Aprilia y quizás el destino quiera decirle algo a Dovizioso, cortejado por Noale. El pasado no cambia, el presente no descuenta, el equipo debe hacer un examen de conciencia.
LA DECEPCIÓN – Más que una bestia, un perrito perdido. Si Bastianini dijo que poco o nada entendió del GP de Argentina, nosotros menos. En estos casos hay que olvidarse rápidamente de la decepción y recordar Qatar, el Enea que nos gusta ver es el de allí.
LA CONFIRMACIÓN – Mientras se despilfarran palabras sobre quién será el nuevo fenómeno en ascenso, Celestino Vietti deja en manos de otros ciertas cavilaciones inútiles y sigue su caminopara. El que siempre corre directo al podio, con otra victoria, la segunda en tres carreras. Cele prefiere los hechos a las palabras y no puedes culparlo.
EL ERROR – Un quinto puesto y una remontada no es lo que Ducati le pide a Bagnaia ni a él mismo. Los que son la causa de su enfermedad saben a quién llorar y el sábado de Pecco fue un compendio de todo lo que no debe hacer un conductor. Irritado y lento en calificación, tranquilo y (más rápido) en carrera: el próximo entrenamiento para él tendrá que ser un curso (acelerado, claro) de Zen.
LA SORPRESA – A Luca Boscoscuro le gusta sacar sus cartas de barajas que otros ni siquiera miran. El último as es Fermin Aldeguer, 16 años y muy talentoso, con récord de precocidad en Moto2 gracias a la pole position y un pecado venial en carrera. Ni siquiera tiene que rezar un Padrenuestro, ya está perdonado.
EL PASE – Lo que le valió la victoria a Sergio García, limpio y letal sobre Dennis Foggia en la penúltima curva. La pincelada final sobre la obra maestra española de Aspar.
LA CURIOSIDAD’ – Antes de Aleix Espargarò solo otros tres pilotos habían conseguido en la categoría reina salir desde la pole position con tres motos diferentes: Randy Mamola, Eddie Lawson y John Kocinsky.
TE LO DIJE – Jack Miller batalló los sábados: “será importante empezar bien y recuperar terreno“. El australiano acabó la carrera sin siquiera adelantar.