Yamaha presentó la nueva decoración en Yakarta, en presencia de los jefes de equipo y los pilotos. Sonrisas y aplausos para Fabio Quartararo y Franco Morbidelli, pero ¿podrá esta YZR-M1 competir por el Campeonato del Mundo? Habrá que esperar a los test de MotoGP en Sepang y Portimao para hacerse una idea, Pecco Bagnaia y Ducati demostraron en 2022 que aunque estés 91 puntos por delante, la victoria no es un hecho. La introducción de carreras de velocidad podría ser un comodín que baraja las cartas con giros de clasificación repentinos, actualmente imposible decir a favor de quién. Pero aquellos que esperan grandes números del nuevo motor 4L de Yamaha pueden sentirse decepcionados.
Por ahora, el prototipo de Iwata impresiona a un mercado importante como el de Indonesia con su apariencia de “camuflaje”. Las ganas de revancha y de asaltar el trono de MotoGP son grandes, pero tenemos que lidiar con los técnicos y pilotos contrarios. Hace tiempo que se sabe que el punto débil del Yamaha M1 es el motor, Fabio Quartararo lo repite desde hace dos años como un mantra. A principios de 2022 llegó el ingeniero italiano Luca Marmorini (con su personal) para poner orden y arena en esta zona, se vieron unos pasos adelante en las pruebas IRTA del año pasado. Pero tras las buenas impresiones en Misano, el comentario de Quartararo no fue positivo al final de la última salida en Valencia.
El motor de la Yamaha M1
La prueba de Malasia será un buen banco de pruebas, al menos para entender si la nueva Yamaha ha ganado algo en cuanto a velocidad punta. “La prioridad era mejorar la velocidad“, explicó el director técnico del equipo, Massimo Meregalli, a ‘La Gazzetta dello Sport’. “Los números que nos han mostrado los ingenieros son reconfortantes. Pero también nos concentramos en la aerodinámica y, sobre todo, en el paso por curva, también para ir un poco en la dirección de Morbidelli. La moto de 2022 arrinconó menos y sufrió mucho más que Quartararo“.
En términos de potencia absoluta, no debemos esperar revoluciones de esta YZR-M1, los grandes avances llevan tiempo y los resultados del tratamiento Marmorini solo se verán el próximo año. “El fruto de la colaboración con Marmorini se verá en 2024 – admitió Meregalli -. El motor de este año sigue siendo hijo del de 2021 y 2022, se centra en el próximo“. Sin duda, la especificación del motor de 2023 será mejor y lo que sucedió en la prueba de Ricardo Tormo ahora tiene una explicación: “Probamos demasiadas cosas juntas o en el orden equivocado, y lo que daba el motor, lo quitaba otra cosa. Menos mal que pasó en Valencia y pudimos arreglarlo, hubiera sido mucho peor en Sepang“.
El año clave de Morbidelli
La atención del equipo también se centra en Franco Morbidelli, que regresa de una complicada temporada de MotoGP (puesto 19 en la clasificación final) y con contrato que vence en diciembre. Las primeras carreras ya serán decisivas para el futuro del piloto de VR46 Academy. En 2020 estuvo cerca de ganar el título mundial, pero no supo adaptarse a los cambios en la moto. “El año pasado, a veces se propuso hacer que la bicicleta hiciera las cosas que hizo en 2020 y salió mal. Pero es terco, en el buen sentido, estaba terminando un fin de semana y el lunes ya estaba hablando por teléfono con sus ingenieros para ver qué hacer para mejorar. Nunca lo he visto psicológicamente demolido.“.
Foto: MotoGP.com