La temporada 2022 de MotoGP comenzó con una caída de Pecco Bagnaia, hija de cierto nerviosismo por una Ducati GP22 que obviamente no estaba preparada para el desafío. Los Desmosedicis de los equipos Pramac y Gresini tuvieron un evidente paso extra, síntoma de que algo había fallado durante la pretemporada. El puesto 15 en Indonesia ayudó a llevar la paciencia al límite, puso los nervios de punta al piamontés, hasta su primera victoria que llegó recién en la sexta prueba en Jerez. Y luego otra caída en Le Mans, superada por su amigo y rival Enea Bastianini a pocas vueltas de la meta.
La progresión de Bagnaia
La Ducati GP21 estaba inicialmente mejor preparada para la batalla mundial, pero progresivamente creció junto con la psique de Pecco Bagnaia. Autor de una impecable segunda parte del campeonato, el equipo contribuyó mucho a su crecimiento (técnico y psicológico) y, tras dos ceros más en Barcelona y Sachsenring, llegaron cuatro victorias consecutivas que aumentaron la ambición y la conciencia. “Empiezas a pensar que eres imbatible y eso es algo que probablemente no debería decir. Pero cuando terminé segundo en Aragón estaba enojado porque no había logrado una quinta victoria consecutiva. Creo que usé esa determinación, esa ambición, para aspirar al título.“.
La fuerza del grupo
Davide Tardozzi y los otros hombres en el garaje de Ducati jugaron un papel importante para ayudar a Pecco Bagnaia a corregir su enfoque. Nadie ha perdido nunca la fe en el talento piamontés, el título de MotoGP corría peligro de alejarse, pero la determinación reinaba en el cuadro rojo. “Creo que lo más importante es la relación muy estrecha que tenemos con Pecco en Ducati.“explicó el apasionado director del equipo. “Creo que esta es la clave. Nunca perdimos la confianza el uno en el otro y eso marcó una gran diferencia para volver a encarrilarnos. Su grupo estaba muy apretado a su alrededor.“.
Motor y electrónica de la Ducati MotoGP
El secreto del éxito también está en el trabajo de los técnicos, tanto en la recogida de datos en boxes como en la empresa, a la hora de poner en práctica el feedback… y el nuevo reglamento. La primera y última victoria de MotoGP se remonta a 2007, gracias a un Casey Stoner capaz de gestionar artísticamente el acelerador y el consumo de combustible. En una entrevista con ‘Autosport’ Cristian Gabarrini habla de la importancia de la entrega de gas y la gestión de la gasolina a través de la electrónica. “Cuando Casey llegó a Honda, exigió tener el control total del acelerador. Fue más efectivo en ese momento, porque cortó la aceleración antes de lo que podía hacerlo la electrónica. La Ducati 2007 era una moto extrema, con un motor muy potente pero casi inmanejable. Ese motor tenía una sed salvaje de combustible, consumía mucho“.
La Desmosedici GP22, por su parte, ha dado un gran paso adelante con la electrónica, aprovechando al máximo las normativas, también en cuanto a la presión de los neumáticos. “A lo largo de los años, la gestión del motor se ha ido perfeccionando, por lo que la Ducati es ahora una de las mejores motos de la parrilla.”.
Foto: MotoGP.com