Después de despedirse de MotoGP a tiempo completo a finales de 2020, Cal Crutchlow se ha unido a Yamaha como piloto oficial de pruebas. Participó en cuatro Grandes Premios en 2021, seis carreras en la temporada 2022 y desempeñará un papel central en 2023, cuando el fabricante japonés presentará solo dos prototipos en la parrilla. El piloto británico no ha perdido su pulimento como campeón, ha acumulado puntos preciosos a horcajadas sobre la YZR-M1, aunque la Top Class de hoy es muy diferente a la de su época.
No es un trabajo fácil para Crutchlow
Crutchlow realiza pruebas privadas para Yamaha tanto en Europa como en Japón, y también es su primer piloto de reserva. Su apoyo tras la salida de Andrea Dovizioso en Misano fue fundamental, llenando el vacío creado en el cuadro satélite de la RNF. Pero el objetivo principal de Cal es hacer de la M1 una bicicleta más rápida y menos agresiva, después de los cambios radicales en su ADN durante los últimos dos años. La naturaleza más áspera de esta bicicleta puso en dificultades a Franco Morbidelli y al resto de ciclistas, con la excepción de Fabio Quartararo, que pudo acostumbrarse a la nueva versión. Ciertamente no es una tarea fácil en manos del piloto de pruebas, mucho más compleja de lo que podría haber imaginado cuando decidió cerrar con el “tiempo completo” de MotoGP.
El papel del piloto de pruebas de MotoGP
Cal Crutchlow es el pivote central del equipo de pruebas, junto con un jefe de equipo de primer nivel como Silvano Galbusera, junto a Valentino Rossi durante varias temporadas. En torno a ellos giran más de veinte empleados entre ingenieros y mecánicos. “Es un papel importante y más difícil de lo esperado.“, cuenta a ‘Autosport’. No se arrepiente de la decisión de poner fin a su carrera en la categoría reina. “El problema es que nunca he sido lo suficientemente rápido para estar siempre delante en MotoGP, pero así es como funciona. A estos muchachos que van en cabeza solo les interesa ir lo más rápido posible“. En su nuevo papel como probador, encuentra satisfacción cuando Fabio Quartararo y Franco Morbidelli logran hacerlo bien con la Yamaha M1. Una tarea que no depende exclusivamente de él. “Es un trabajo difícil porque si la moto no mejora no puedo hacer nada. Son los ingenieros los que tienen que traer actualizaciones y yo tengo que evaluarlas“.
¿Qué futuro para Cal?
El piloto de Coventry, de 37 años, asegura que Yamaha está trabajando más que nunca para configurar una moto ganadora para 2023. Tras la difícil temporada pasada, se necesita un giro decisivo para satisfacer las peticiones de Fabio Quartararo y ponerlo en condiciones de recuperar el título de MotoGP. La prueba del Irta en Valencia sembró el camino evolutivo de dudas e incertidumbres que solo se resolverán, o reconfirmarán, en la pretemporada entre febrero y marzo. Las primeras buenas impresiones de la nueva especificación del motor han sufrido un cambio alarmante. Por su parte, Cal Crutchlow también continuará como probador de Yamaha para 2023, pero podría ser el último año antes de asumir un nuevo rol que aún no ha revelado. Con el espíritu impredecible de Cal, es imposible predecir.
Foto: MotoGP.com