Será una Yamaha de dos puntas… y media en la temporada 2023 de MotoGP. Ahora que el equipo satélite RNF se ha trasladado al lado de Aprilia, Cal Crutchlow tendrá un papel más central junto con el equipo de pruebas. En las seis carreras celebradas en lugar del saliente Andrea Dovizioso, pudo recoger resultados discretos y destacar los pros y los contras de una YZR-M1 que necesita varias mejoras. La actuación de Franco Morbidelli en el último año (7º lugar en Indonesia como mejor resultado) es una prueba de que la empresa con sede en Iwata no ha tenido éxito en la evolución del prototipo.
Una Yamaha diferente a las del pasado
La atención del piloto ítalo-brasileño se centra principalmente en su estilo de conducción. “Para sacar el potencial de esta bicicleta, debes ser un ciclista con un ADN completamente diferente al mío.“, admitió Franky al término del Mundial de MotoGP 2022. Fabio Quartararo, por su parte, supo evolucionar su estilo, logrando defender su título mundial hasta la última carrera en Valencia. Cal Crutchlow da la razón a Morbidelli e invita a la marca japonesa a enderezar el rumbo en el desarrollo invernal, evitando repetir los mismos errores de hace un año. “Creo que Yamaha debería volver y no ser demasiado agresiva. Esta no es la filosofía de Yamaha.“.
Hasta hace dos años, la M1 era una moto ágil y polivalente, fácilmente adaptable a un novato. Algo no ha ido en la misma dirección en los últimos desarrollos, Quartararo ha apuntado con el dedo sobre todo al motor, pero también se necesitarán algunos trucos a nivel de chasis. “Tenemos que hacer la moto más suave, más tranquila para el año que viene, solo así se puede mejorar“. Aumentar la potencia en recta podría desestabilizarla aún más en detrimento del kilometraje: un equilibrio que ciertamente no es fácil de encontrar entre la velocidad máxima y el manejo en las curvas. “Están tratando de hacerlo más rápido en línea recta, por lo que es más difícil de conducir.“.
Esperando la próxima prueba de MotoGP
De ahí las grandes dificultades que atraviesa el piloto italiano, 19º de la clasificación final con apenas 42 puntos en su haber y dos top 10 de temporada. “Morbidelli es un jinete tranquilo, espero que el año que viene le vaya mejor – concluyó Cal Crutchlow -. Ha tenido una temporada dura, pero eso no significa que no pueda volver“. Las primeras respuestas llegarán en el test de MotoGP de Sepang en febrero. Después del día de prueba de IRTA en Valencia, Franky parecía más optimista sobre sí mismo. “Sabemos que el paquete tiene debilidades, pero estoy seguro de que Japón está trabajando duro para solucionarlas. Para nosotros era importante resolver los problemas que tenía como piloto, en términos de estilo de conducción. Y creo que lo logramos“.