El campeonato de MotoGP está a punto de llegar a su fin, Phillip Island acogerá la penúltima prueba de la temporada 2022. Para Enea Bastianini será la primera vez en este circuito con su Ducati Desmosedici, que regresa de un sexto puesto en Tailandia que le permitió ganar algunos puntos en la clasificación. Ahora el piloto del equipo Gresini Racing está a 40 puntos de Fabio Quartararo, el tercer puesto de Aleix Espargarò está a 39 puntos, pero también debe cuidarse la espalda de Jack Miller en -1. En juego está un título, bonificaciones económicas y el orgullo de quienes quieren demostrar que no tienen nada que envidiar a sus contrincantes.
Bastianini y el sueño mundialista de MotoGP
La lluvia que cayó repentinamente el domingo en Buriram puso en aprietos a Enea Bastianini, especialmente en los tramos iniciales. Para los que partían desde atrás la visibilidad estaba al límite de lo posible, forzar un adelantamiento era bastante complicado. Phillip Island podría ser la última esperanza de competir por el título de MotoGP, se necesita un desempeño impecable para permanecer aritméticamente inmóvil en el juego. Al menos hasta la próxima cita en Malasia, donde disputará el test de invierno que le permitirá llegar a Sepang con buenos conocimientos. La pista australiana también reserva agradables sorpresas para el equipo de Nadia Gresini, que aquí en 2004 vio a Sete Gibernau pelear con Valentino Rossi en el photo finish.
La ‘Bestia’ tendrá que dejar de lado las últimas deslucidas actuaciones en Japón y Tailandia, hay que mirar hacia adelante y cerrar este año de MotoGP de la mejor manera posible. «Venimos de una carrera complicada pero ciertamente positiva. El sexto lugar de Buriram bajo el agua torrencial mantuvo nuestra motivación muy alta. Nos esperan otras tres carreras muy importantes y el doblete Australia-Malasia seguro que será interesante«. No le dará ningún descuento a Pecco Bagnaia, quienes compiten por el Campeonato Mundial de MotoGP. En la mira de Bastianini está el tercer puesto como meta “mínima”, pero el sueño mundial seguirá hasta que la aritmética diga lo contrario.