Tras la victoria del Campeonato del Mundo y la prueba de MotoGP en Valencia, Pecco Bagnaia regresó a Italia el martes por la noche. Miércoles y jueves parada en Eicma para una inmersión total con la afición, con él también está su nueva compañera Enea Bastianini. Sobre el escenario está la Ducati Desmosedici GP22 con la que concluyó el último Gran Premio, todavía “pegajosa” de vino espumoso y con un ala rota, por el contacto con Fabio Quartararo. Será una reliquia histórica que se guardará celosamente en el museo Borgo Panigale.
Pecco Bagnaia sin parar
Son días tan ajetreados que Pecco Bagnaia ni siquiera ha tenido tiempo de repasar las imágenes del GP de Valencia y los periódicos. De momento ha disfrutado el lunes del calor de la afición que llegó a Cheste, en grandes grupos en las gradas, en la playa, en masa en Chivasso frente a la gran pantalla. «Tengo un buen sentimiento por dentro, pero para empezar a entender de verdad tengo que irme a casa, desconectar de todo y empezar a disfrutar un poco.«. Pero cuando volvió a boxes empezó a entender que Ducati ni siquiera bromea con los festejos: pelucas rojas, cánticos de estadio, pobre Christian Pupulin llevado a KTM atado de pies y manos…
El ascenso al título de MotoGP
Una victoria personal para el Bagnaia, pero también para el equipo, fruto de un largo trabajo realizado desde la llegada de Gigi Dall’Igna en 2013, alimentado año tras año. Luego, la llegada de Pecco al equipo de fábrica en 2021, quien inmediatamente se jugó el título en la final, con cuatro victorias en las últimas seis carreras. Además este año el inicio no fue el mejor, la Desmosedici GP22 necesitaba algunas carreras para probar y los piamonteses cometieron algunos errores de carácter. Ahora mente y corazón están centrados en la Ducati GP23 que empezó a tomar forma en el test de Valencia, pero solo en Malasia veremos el estado de salud real de la nueva moto. La impresión es que la Roja seguirá siendo el prototipo de MotoGP a batir y no será fácil para nadie.
La llegada de Eneas a la fábrica de cajas
Jack Miller ya no está en la otra esquina del palco desde el martes, con quien colaboró estrechamente en la evolución de los Desmosedici, creando un ambiente muy relajado en el palco. Primera salida como oficial de Enea Bastianini, con quien ayer almorzó entre bastidores en Eicma. Para Ducati podría ser el dream team capaz de atacar el podio con dos flechas. «Todo depende de nosotros. Cómo gestionaremos la situación y podremos crear el trabajo realizado con Jack con Enea“, subraya Pecco Bagnaia a ‘La Gazzetta dello Sport’. «En la pista sois adversarios, no hay que descontar, pero será fundamental para evitar desacuerdos sobre quién siente qué, quién está más adelante o más atrás…«. Sin aspavientos, lo había dicho muy claramente hace unos meses. Y de momento parece que todo va bien, al menos fuera de pista.