No hay escuela el sábado. Mamá y papá se levantan temprano para ver el Gran Premio de Australia por televisión, Giulia duerme hasta las nueve. Luego los deberes y un paseo por la Riviera. Es un hermoso día soleado a finales de octubre. Vamos al restaurante, al parque infantil y a la playa. Escenas de la vida cotidiana de una familia clásica de Romaña. Los padres son ambos amantes del motor y durante años recorrieron motos y circuitos por toda Europa. Luego nació, el fin de semana del Gran Premio de San Marino de 2014 y sus iniciales son GP. Asistió a los circuitos desde muy pequeña pero a medida que crecía no parecía interesarse por los motores. Prefiere bailar, patinar y sobre todo nadar.
Giulia “las minibikes son para hombres”
Mientras mamá y papá ven concursos de televisión, ella pinta o juega con la tableta. Leyó «58», el cuento de hadas ilustrado de Marco Simoncelli, pero para ella con gusto. “las motos son un deporte de hombres”. Ok, no te preocupes por insistir. Ese sábado, sin embargo, hay algo mágico en el aire. Estamos en Cattolica, a dos pasos del circuito de minibikes donde crecieron muchos campeones. La madre «Giulia, ¿quieres intentarlo?» El padre levanta la nariz. Lleva mucho tiempo involucrado en el mundo del motociclismo y conoce bien los costes y los riesgos. “Esperemos que diga que no” susurra en voz baja. en cambio ella “¡Sí, gracias mamá!”. Por la pista circulan dos niños con sus patinetes personales, tienen unos 10 años y se adelantan constantemente. En el pequeño prado hay niños de todas las edades con sus padres.
El debut en Cattolica
El padre se mantiene al margen y la madre da un paso adelante “¿Es posible alquilar una minimoto para esta niña? Nunca lo ha intentado».. Los gerentes son muy útiles. «Claro, aquí está el traje, el casco y los guantes». El niño «Estoy un poco ansioso pero tengo curiosidad». Unas cuantas fotos, un breve briefing con Jarno Cavalli y nos ponemos en camino hacia la pista. Giulia está feliz, le brillan los ojos. Las primeras pruebas, el comienzo no es fácil, al contrario. Pero al cabo de unas vueltas coge confianza y ya no quiere bajarse de esa minimoto. Va muy despacio pero a ella le gusta. “Mi deporte es la natación pero esta es mi diversión. ¿Volvemos mañana también?. Mamá es feliz por dentro y tal vez papá también lo sea aunque nunca lo admita. El corazón dice sí, la razón dice no. Nunca pongas freno a las pasiones de tus hijos pero… la natación es un deporte más relajante para los padres.