Hoy Marco Simoncelli tendría 36 años. Quién sabe si volvería a competir en MotoGP o quizás en el Mundial de Superbikes, con el que tanto disfrutó aquella vez que corrió en Imola en 2009. Quizás se batirá en duelo con Álvaro Bautista como en la época de la categoría 250. El 23 de octubre Hace 12 años el destino escribió la palabra fin a su vida y a sus sueños. Sin embargo, su memoria es inmortal.
Marco Simoncelli nació en Cattolica el 20 de enero de 1987. Mientras asistía a la escuela primaria se divertía con las minimotos en las pistas de la Riviera Romagna, participando en varias carreras juveniles. Desde pequeño coleccionó victorias, podios y títulos. Pronto debutó sobre «ruedas altas» y con 14 años se graduó como Campeón de Europa de 125, aterrizando inmediatamente en el campeonato del mundo de MotoGP.
Marco Simoncelli era el clásico DOC de Romaña: espontáneo, alegre, extrovertido, divertido. En el pasado lo apodaron «Superpippo» por su altura, sus brazos largos y su andar caído. Luego fue “Sic” o “SuperSic” para todos. Le encantaba comer Romagna piadina y pasar su tiempo libre con su familia, su novia Kate y sus amigos. Vivía en una villa rodeada de vegetación entre Coriano y Sant’Andrea en Besanigo, donde sus perros tenían todo el espacio que necesitaban para moverse libremente (ver las fotos). Antes de graduarse, el campeón se había graduado de la escuela. Había asistido a un bachillerato científico durante cuatro años pero, ante la imposibilidad de conciliar el motociclismo y los estudios, había cambiado y aprobado el examen de bachillerato en el instituto para líderes comunitarios. No era un gran experto en fútbol pero apoyaba al Milán.
Su arma ganadora fue probablemente su carácter: tenía una fuerza interior de granito que no se apagaba ni siquiera en los momentos más difíciles. Simoncelli siempre ha creído en sí mismo, luchando contra todas las adversidades. Quería demostrar su valía a todos. A nivel de carácter se parecía a su amigo Valentino Rossi pero no quería ser considerado su clon y reivindicaba su singularidad. Entrena regularmente con el campeón de Tavullia en el mismo gimnasio de Pesaro y en bicicleta de cross. Rossi es sin duda el piloto al que más respetaba y tomaba en serio todos sus consejos, pero también siempre tuvo en alta estima a Manuel Poggiali a pesar de que su carácter era completamente diferente al suyo.
Marco Simoncelli ganó el título mundial de 250 en 2008 y estuvo cerca de conseguirlo el año siguiente antes de llegar a MotoGP. Después de una temporada de aprendizaje, en 2011 empezó a ir muy fuerte y llegaron los primeros podios. Entonces… sólo lágrimas.
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