¿Recuerdas el GP de Australia de 1997? Pasó a los años de F1 por el tonto de Lola, que intentó en vano clasificarse registrando tiempos más de diez segundos inferiores a los de la pole. La aventura, aunque apoyada por un generoso patrocinador, terminó incluso antes de empezar. Pero la historia vuelve a empezar, porque Lola Cars volverá a competir en un mundial de monoplazas tras su fracaso en la Fórmula 1. La compañía británica ha anunciado que a partir del próximo año competirá en la Fórmula E, colaborando con Yamaha. Hoy, 27 años después de aquel inicio de temporada, queremos recordar cómo nació aquel maldito Lola T97/30, el coche considerado por todos como uno de los peores de la historia del máximo campeonato de automoción.
Lola Cars y su larga trayectoria en la Fórmula 1
La compañía británica entró en la Fórmula 1 allá por 1962 colaborando con el equipo Yeoman Racing. Lola Cars suministró al equipo de Reg Parnell el chasis Lola Mk4. El chasis ayudó mucho al desarrollo del monoplaza y de hecho en su debut en el GP de Holanda consiguió inmediatamente la Pole Position. En 1967, la empresa Huntingdon diseñó y produjo el coche de Honda, el RA300. El coche quedó en la memoria colectiva también gracias a su apodo “Hondola”. Con ese coche, Honda ganó su última carrera de Fórmula 1, en Monza, antes de un largo ayuno que se prolongó hasta Hungría 2006. Al año siguiente, la compañía británica se retiró por primera vez del campeonato más importante del mundo, y luego volvió a la actividad. en 1974.
Lola Cars inició así un camino que la vio ligada en ocasiones a la Fórmula 1 pero que ya está en marcha en otros campeonatos como la Fórmula 2, la Fórmula 3000 o en campeonatos americanos como CanAm y CART con participación también en las 500 Millas de Indianápolis. La Fórmula 1, sin embargo, es el buque insignia de la marca inglesa que, sin embargo, sigue sin cosechar muchos éxitos, al contrario, suma pocos puntos. En 1989 Lola participó en el campeonato con el LC88B propulsado por Lamborghini. Los resultados no son excelentes y después de dos años finaliza la colaboración con la empresa italiana. En 1993, Lola acordó colaborar con la Scuderia Italia, suministrando el chasis T93/30 mientras Ferrari montaba el motor. Una temporada para olvidar, que acabó con 0 puntos sumados y la salida de la empresa inglesa del campeonato madre de las cuatro ruedas.
El regreso en 1997 es un fracaso
La historia de este coche comienza en 1996, cuando MasterCard declaró su intención de entrar en la Fórmula 1. La compañía americana, líder en pagos electrónicos, quiere sin embargo tener un papel de patrocinador y por eso deja toda la planificación a Lola Cars, que se había casado. el proyecto. Se suponía que el equipo entraría en la F1 en 1998, pero los patrocinadores no quisieron esperar 2 años antes de ver su creación y por eso Lola sólo tuvo un año para diseñar el coche. El 20 de febrero de 1997 se presentó el equipo de carreras de Fórmula Uno MasterCard Lola. El equipo se presenta con sus dos abanderados Vincenzo Sospiri y Ricardo Rosset, listos para conducir el T97/30.
La marca inglesa estaba muy ocupada ya que hasta entonces sólo había participado en el campeonato de Fórmula 1 como tercer proveedor para otros equipos. El coche pesaba 520 kg y estaba equipado con un motor Ford-Cosworth 3.0 V8. La empresa que suministraría los neumáticos a la escudería británica era Bridgestone. El primer fin de semana del año comenzó el 7 de marzo con los entrenamientos libres del viernes en el circuito de Melbourne, en Australia. Ese fin de semana todavía está en la mente de todos: los dos T97/30 rodaron en la clasificación con Sospiri en 1:40.972 y con Rosset en 1:42.082. Jacque Villeneuve con su Williams firmó la Pole Position en 1:29.369, rodando prácticamente 11 segundos y medio más rápido que los dos Lola. Los dos coches del MasterCard Lola Formula One Racing Team no sólo no lograron pasar el corte para competir en la carrera, sino que registraron tiempos de monoplazas de Fórmula 3.
Lola Cars abandonó inmediatamente el proyecto y ahora ha regresado
Ese fue el único fin de semana de carreras de Lola Cars en Fórmula 1 como equipo real, también porque los patrocinadores abandonaron el proyecto inmediatamente después de ese día. La empresa británica entró en crisis y MasterCard no quiso saber más del asunto. 27 años después todo ha cambiado, sobre todo en lo más alto, un nuevo consorcio toma las riendas de Lola desde 2022 y pretende devolverla a lo más alto del mundo del automovilismo. Su historia en la Fórmula 1 terminó en 1997 y no hay ganas de retomarla, ahora el reto se llama Fórmula E. Los responsables de la compañía británica están seguros de que la movilidad eléctrica será el futuro y por ello a partir del próximo año entrará en el mercado de los cuatro eléctricos. -serie mundial de ruedas. Todo con la colaboración de Yamaha, la propia empresa japonesa que entró en la Fórmula 1 en 1997 como empresa suministradora de motores al equipo Arrows. Pero esa es otra historia, que algún día contaremos.
FOTO: Fórmula 1 social