Un tumulto de banderas, colores, sombrillas, piscinas de colores: una fiesta. A pesar del clima tórrido, la ronda italiana del Campeonato Mundial de Superbikes en Imola fue un éxito con más de 53,000 visitantes. Los eventos colaterales también fueron muy bien: desde el desafío de la piadina en Imola ganado por Danilo Petrucci hasta el concierto de Placebo. Por primera vez, el paddock también acogió un evento artístico, el Street Art Challenge, en el que participaron algunos de los nombres más conocidos del sector. El motociclismo abraza así otros mundos como el del arte, la música y la gastronomía. Entre otras cosas, a pesar del Superbike, la ciudad de Imola se ha mantenido fiel a sus tradiciones. Sin embargo, el tradicional mercado local tuvo lugar el sábado a las afueras del circuito.

Muchos clubes de fans presentes en el circuito, no solo vinculados a corredores italianos como Andrea Locatelli, Axel Bassani y Stefano Manzi, sino también extranjeros con numerosos fanáticos de Dominique Aegerter y otros corredores. Sin embargo, la mayoría prefirió quedarse en las gradas cubiertas en lugar de Rivazza. En esta cita, incluso más que en Misano, el equipo mostró lo mejor de sí en la gestión de sus respectivas áreas de hospitalidad. Todos los equipos, incluso los más pequeños, estuvieron a la altura para garantizar a sus invitados el refrigerio adecuado en un fin de semana de mucho calor con aire acondicionado, granizados, refrescos y especialidades gastronómicas de verano.
En el paddock se instalaron varios puntos de agua pero a pesar de estos se vio a varios entusiastas sentados en el suelo, a la sombra de las autocaravanas, sin fuerzas.
Un montón de chicas paraguas que en Imola tenían que resguardar del sol a los pilotos y también a los técnicos presentes en la parrilla. Entre otras cosas, la carrera 2 se acortó precisamente por el clima. Los pilotos se refrescaron lo mejor que pudieron con bolsas de hielo y ventiladores. Varios han convertido contenedores de reciclaje en piscinas como Redding, mientras que la mayoría ha elegido las clásicas piscinas infantiles de colores llenas de agua fría.
