Un domingo increíble para el fabricante de Borgo Panigale, que se llevó a casa un botín muy pesado con Bastianini, Bautista y Petrucci
2022 realmente parece el año de Ducati y esta vez los Reds apuntan a llevarse a casa el título de pilotos en todas las disciplinas en las que se dedican. Como contaba un ensayo la buena Gigi Dall’Igna a finales de 2021 (provocando la risa del buen veneciano): “Sí, has ganado el de Constructores, el título por equipos en MotoGP, pero prácticamente no has ganado un ca… o”. Una frase dura de pronunciar en un almuerzo organizado por Ducati, pero tan auténtica como para ser repetida por Gigi a todos los invitados del citado almuerzo.
Ciertamente, no fue esta frase la que hizo que Ducati diera un salto increíble en cada uno de los campeonatos en los que participa, sino una estrategia bien pensada en cuanto a la gestión de motos y pilotos. En MotoGP, la política dirigida a los jóvenes se está mostrando cada vez más acertada y tanto Enea Bastianini como Jorge Martìn se confirman como auténticos fenómenos sobre la Desmosedici, independientemente de si es GP21 o GP22. En SBK, la elección de volver a llamar a Álvaro Bautista está resultando igual de acertada, con el español que ya parece haber redescubierto la magia que en 2019 le había convertido en una apisonadora sobre una Panigale V4 que entonces quizás estaba inmadura, mientras que hoy parece un arma mortal.
Luego estuvo el doble triunfo en Austin en MotoAmerica con un Danilo Petrucci quien tras su aventura en el Dakar demostró que aún podía dar mucho en la pista y alimentó los sueños de las barras y estrellas de Ducati ganando a lo grande en su debut en una categoría que no era nada fácil. Un en plein bochornoso, al menos para los rivales y sobre todo para una Honda que en cambio parece cojear por todos lados. Lo escribimos hace tan solo unas semanas, ahora Ducati ya no es la pequeña frente a las grandes, sino un auténtico gigante para sus rivales. Y una Aprilia cada vez más rápida y competitiva en MotoGP, no hace más que llenar de orgullo a la afición italiana que, a pesar de los huérfanos de Valentino Rossi, pueden seguir soñando en grande.
Un buen día comienza por la mañana, por supuesto. Pero construir un día espléndido no será fácil para Ducati en ningún caso. que tras este impulso inicial no debe perder ni un ápice de concentración y sobre todo en MotoGP debe encontrar la Bagnaia a finales de 2021 para soñar de verdad con llegar a finales de 2022 y desmentir el citado ensayo. En definitiva, Gigi, en la próxima comida de Navidad intentará desmentir a Scalera.