Situación dramática en Emilia Romaña. 14 Los ríos crecieron, incluso en varios lugares: Idice, Quaderna, Sillaro, Santerno, Senio, Lamone Marzeno, Montone, Savio, Pisciatello, Lavino, Gaiana, Ronco.
Los pilotos, los equipos, los medios de comunicación y los de adentro están atrincherados en los hoteles. Dentro de la ciudad de Imola todo está bajo control pero el Santerno está vedado, ha habido un derrumbe en la carretera de Tosa, es imposible llegar al circuito en coche o incluso a pie. Los equipos que se quedan en Faenza encuentran sus coches y vehículos inutilizables porque están cubiertos de barro y lluvia debido a las crecidas de los ríos Marzeno y Lamone. La mayoría de las carreteras de la zona de Faenza están cerradas por derrumbes, puentes intransitables… Muchos han tenido que abandonar sus casas.
En estas horas está prevista una reunión operativa en Imola para entender, con lucidez, qué hacer. Incluso si deja de llover, los daños son enormes y es imposible llegar al circuito debido a los daños en las carreteras y la red ferroviaria. Muchos aparcamientos y muchas zonas destinadas al público seguirían siendo impracticables porque son imposibles de recuperar en 48 horas. En Romaña entonces lo que plantea la cuestión ética: en este momento las fuerzas del orden, el personal debe preocuparse por salvar vidas humanas, casas, actividades económicas más que un evento deportivo por importante que sea.
Mientras tanto, quienes habían comprado boletos, incluso por grandes sumas, los están vendiendo a través de las redes sociales, pero muy pocos están dispuestos a comprarlos. Imposible decir qué pasará, los organizadores harán todo lo posible para no dejar a nadie atrás pero la prioridad en estas horas, más que salvar el Gran Premio, es la supervivencia.