La Fórmula 1 cuenta hoy en día con un calendario con multitud de pruebas, que han alargado notablemente la actividad de todos los implicados durante el año. En 2020, la temporada incluso terminó el 13 de diciembre en Yas Marine. Un hecho que se produjo debido al calendario elaborado posteriormente, tras la cancelación de la salida ordinaria por culpa del Covid. La historia, sin embargo, nos lleva a recordar cuando el 28 de diciembre de 1962, el campeonato automovilístico más importante del mundo esperaba un veredicto mundial. Esto se debe a que al día siguiente se disputó el GP de Sudáfrica, es decir, la novena y última carrera de la temporada. El título fue una carrera de dos caballos, entre: Graham Hill y Jim Clark.
La Fórmula 1 en aquel momento tenía pruebas muy alejadas entre sí
Algunos dirán, pero ¿por qué se llegó a esta fecha para un evento de Fórmula 1? La respuesta es muy sencilla, en su momento solo eran nueve eventos, como decíamos, y muchas veces iban de la mano con otro evento local o seguían tradiciones. Siempre hay que recordar que hasta hace unos años, las 500 Millas de Indianápolis se disputaban dentro del campeonato de F1. Más allá de eso, había tradiciones que mantener. Una de ellas fue que el GP de Sudáfrica se celebró el domingo entre Navidad y Año Nuevo. En 1962, la temporada comenzó el 20 de mayo con el GP de Holanda en Zandvoort.
Eran los años en los que la Fórmula 1 crecía pero aún no era el gran campeonato que es hoy. Aquella época se caracterizó sobre todo por el ciclismo y el fútbol, mientras que el automovilismo tenía como evento principal las 24 Horas de Le Mans. El campeonato, sin embargo, iba en ascenso y como venía haciendo desde 1950, año de su nacimiento, tenía la particularidad de querer disputar al menos una carrera en cada continente. En 1962 esta peculiaridad se amplió, dado que las carreras también se practicaban en África. De hecho, este fue el primer GP de Sudáfrica que se celebró en el circuito de carreras del este de Londres.
Esa temporada marcó el gran desafío entre Hill y Clark.
Ahora bien, antes de llegar a este GP conviene recordar un poco la evolución de aquella temporada. La temporada de Fórmula 1 de 1962 vio el duelo entre Hill y Clark, entre el piloto mayor que aún no había conseguido ningún éxito en el campeonato y el joven talento que quería emerger de inmediato. Graham conducía el BRM, el monoplaza P57 tenía la ventaja de ser muy fiable, ayudando bastante al conductor. Jim, por su parte, conducía un Lotus y la ventaja del monoplaza 25 era que era muy ligero y muy rápido. Por lo tanto, el año fue un verdadero derbi británico por la adjudicación del título de pilotos.
La temporada hasta Sudáfrica vio a los dos contendientes triunfar en tres pruebas cada uno, mientras que las otras dos carreras fueron ganadas: una para Bruce McLaren con el Cooper-Climax y la otra para Dan Gurney con el Porsche. La lucha por la cima se había prolongado hasta la última etapa, gracias a la victoria de Clark en el penúltimo acto de la temporada. La victoria, de hecho, en Watkins Glen, en el estado de Nueva York, válida para el GP de Estados Unidos, había permitido al piloto de Lotus prolongar la lucha. La pareja llegó a Sudáfrica con 9 puntos que los separaban, lo que significaba que Jim tenía que ganar mientras que Graham tenía que terminar fuera de los puntos.
La espera hasta el 28 de diciembre y la coronación del nuevo campeón de Fórmula 1
Las expectativas para la carrera del 29 de diciembre estaban por las nubes y el día 28 era el día de clasificación. A partir del sábado ya había mucha curiosidad y la ansiedad de ambos estaba por las nubes. Clark, como solía ocurrir esa temporada, consiguió la Pole Position, la sexta por delante de su rival. La carrera comienza con el piloto de Lotus manteniendo su posición y con Hill firmemente segundo. Durante la vuelta 63, el coche de Clark tiene un problema, un tornillo del distribuidor de su Lotus se suelta y al poco tiempo tiene una fuga de aceite. Jim se ve obligado a retirarse y Hill puede correr hacia la victoria y, sobre todo, hacia su primer título mundial. Al año siguiente tuvo lugar el 28 de diciembre, pero la carrera de 1963 no otorgó el título y además sería la última vez que se celebraría un GP de Fórmula 1 a finales de diciembre.
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