Dos Ferrari delante de todos, muy rápidos al menos en la vuelta rápida. Max Verstappen sólo octavo, con un Red Bull irreconocible respecto a lo habitual. La F1 ofrece una escena verdaderamente inusual bajo el foco de atención del fascinante circuito urbano de Marina Bay, Singapur. Lástima que sólo sea viernes y, como hemos entendido por las quince citas anteriores, sería imprudente dar por hecho el partido. Sin embargo, comparado con lo habitual, el inicio de los Rojos es muy alentador. El SF-23 fue muy rápido con ambos pilotos: Carlos Sainz precede a su compañero Charles Leclerc por sólo dieciocho milésimas. Por cierto: el español, que defendió el escalón menos noble del podio del ataque del monegasco en Monza, a pesar de que sus neumáticos ya se han desgastado, también en esta ocasión vuelve a salir delante. El «Predestinado», es decir, Leclerc, encuentra cada vez más resistencia por parte de Sainz. El enfrentamiento interno en el seno de Ferrari puede aumentar aún más el patetismo de este GP, más aún si los monoplazas italianos son capaces de luchar por la victoria.
Gran vuelta rápida, el ritmo… ya veremos
Las pruebas de los viernes en Fórmula 1 son una alquimia con un altísimo coeficiente tecnológico, entre controles de puesta a punto e innovaciones y estrategias de todo tipo deliberadas instrumentalmente. Para realizar este minucioso trabajo, los pilotos alternan secuencias de vueltas máximas con otras de desaceleración. Luego está el impacto del tráfico en la vía a evaluar, un factor de gran importancia en una ciudad como Marina Bay. Por tanto, comprenderá que los tiempos de las dos sesiones deben tomarse con cautela. Pero el Ferrari está ahí, por supuesto, en la vuelta rápida. Sin embargo, es necesario verificar el ritmo de carrera. Al suavizar la potencia, en particular del componente eléctrico, los ingenieros de Ferrari podrán evitar la degradación repentina de los neumáticos, el principal talón de Aquiles del SF-23. En FUnoAnalisiTecnica encontrarás las respuestas a través del análisis de las comunicaciones a bordo entre los conductores y los talleres Ferrari.
Max Verstappen, hasta los campeones se cabrean
Para el acorazado Red Bull, sin embargo, fue un viernes de pasión. “Este es el circuito que más dificultad nos pone” El director del equipo, Christian Horner, levantó las manos. De hecho, resulta muy extraño ver al dominador de la temporada en la octava posición, a siete décimas de Sainz y también de su escudero Sergio Pérez. Las comunicaciones entre Max Verstappen y su ingeniero de carrera Giampiero Lambiase fueron una larga secuencia de «bips» para tapar las malas palabras. El RB19 en un circuito de carretera, por tanto con muchos baches, se desplaza a una altura del suelo muy superior a la que los técnicos dirigidos por el genio Adrian Newey establecieron en los circuitos permanentes. Este factor reduce en gran medida el efecto suelo y la eficiencia aerodinámica de este prodigio monoplaza. El mayor problema parece ser que la parte trasera es demasiado ligera. También en FUnoAnalisitecnica encontrarás un análisis preciso de la FP2 leído a través de los informes a bordo entre Max Verstappen y su garaje.
