Ferrari en la F1 es un poco como lo fue Valentino Rossi en MotoGP: el imán de masas, el personaje fundamental para ilusionar al mayor número posible de personas al Mundial. Entonces, los rojos tienen que ir fuerte, y cuando el resultado no está a la altura de las expectativas, la corriente principal intenta por todos los medios reavivar la esperanza, para que el público en general no pierda la esperanza y continúe siguiendo el espectáculo. Muchos habían dicho que el estreno en Bahréin habría sido un percance pasajero, que la escapada de Charles Leclerc fue un golpe desafortunado y que los más de 40 segundos recogidos por Carlos Sainz fueron fruto de la mala actitud del SF-23 con el abrasivo asfalto de Shakir. Los entusiastas y comentaristas italianos esperaban que en Arabia Saudita, en una pista completamente diferente, Ferrari volviera a levantar la cabeza. En cambio, se puso aún peor.
Ahora hay muchos de ellos por delante.
Red Bull es una nave espacial inalcanzable, la genialidad de Adrian Newey con el RB19 ha vuelto a dar en el blanco. Pero en Jeddah Ferrari también dio sus frutos a Aston Martin (Fernando Alonso podio 100, aquí la clasificación final) y a Mercedes. Carlos Sainz, sexto, aventajaba a 35 segundos al vencedor Sergio Pérez, mientras que Charles Leclerc, que partía sancionado por cambiar la tercera centralita (¡estamos solo en el segundo GP!), acababa a 43 segundos de su compañero en la cima. Huecos abismales, contenidos por el coche de seguridad entrando en pista. Más que mirar a Red Bull, ahora Ferrari deberá entender cómo restablecer la distancia con Aston, que definitivamente ha cambiado de marcha con la llegada de los técnicos de la escuela Newey, y un Mercedes que tarde o temprano se espera que resuelva. los problemas que te persiguen desde el regreso de la regulación de los autos de F1.
Ojalá en las vacaciones de abril
El único dato positivo que se desprende del GP de Arabia Saudí es que esta vez llegaron los dos Ferrari. En menos de dos semanas llega la F1 a Melbourne, es poco probable que en este corto periodo de tiempo la situación cambie radicalmente. Luego habrá casi un mes de parón, determinado por la cancelación del GP de China, para empezar de nuevo a finales de abril con el GP de Azerbaiyán. Para Ferrari el parón será decisivo, urge encontrar solución a los múltiples problemas que han condicionado este inicio de temporada. La más grave de todas parece ser la gestión del caucho. En Bahrein, los SF-23 destruyeron los neumáticos antes de tiempo, en Jeddah no había tracción. Leclerc estuvo fuerte en la primera tanda con los neumáticos blandos, pero al cambiar a los duros, tanto el francés como Carlos Sainz se estrellaron. El nuevo jefe, Fred Vasseur, no se dio la vuelta: «Nuestro ritmo es inaceptable». Sí, ¿cómo sales de eso?
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