Se acerca la primavera y las esperanzas de ver a Andrea Migno en el Campeonato de Italia de Superbikes se derriten como la nieve. El piloto de Romaña no había descartado la posibilidad de apuntarse al campeonato italiano hace unas semanas, tal y como nos comentó en una entrevista (leer aquí). Muchos lo esperaban y probablemente también los propios organizadores. La gerencia de Andrea Migno habló con varios equipos de CIV Superbike, según el paddock. Parece que las conversaciones más importantes las tuvo con Keope Yamaha y sobre todo con TCF, dos equipos que actualmente solo tienen un piloto y que potencialmente podrían tener una moto todavía disponible. En particular, el TCF, un equipo emergente, decidido a labrarse un papel de primera importancia en el Campeonato Italiano de Superbikes.
El equipo dirigido por Francesco Nucci parece haber tenido muchas ganas de contar con Andrea Migno, para alinearse junto a la indestructible Simone Saltarelli. Vanas esperanzas. No es fácil pasar del Campeonato del Mundo al CIV Superbike, el paso es notable sobre todo desde el punto de vista psicológico y motivacional. Ahora parece que la única posibilidad remota de ver a Migno en carrera en 2023 está ligada al CEV Moto2. A estas alturas parece que Keope solo hará el CIV con Alex Delbianco. Sin embargo, al TCF también le gustaría presentar a un segundo ciclista: la bicicleta está disponible y es competitiva. Un piloto extra en la parrilla sin duda sería algo bueno para el campeonato que actualmente tiene 14 participantes.
A estos habría que añadir un piloto a los mandos de una Suzuki y podría ser Alessandro Andreozzi. Los últimos rumores en el paddock dan al piloto de la región de Marche su regreso al CIV con Penta Motorsport. Del equipo no se filtra absolutamente nada, son simples indiscreciones ajenas al equipo. La B-Max y la Black Flag, en cambio, no deberían participar en el CIV: las Kawasaki estarán por tanto ausentes de la Superbike tricolor.
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