Alessandro Andreozzi hace unos años era considerado uno de los pilotos más prometedores a nivel internacional. Campeón italiano de Moto2, había aterrizado en el mundial de MotoGP. Luego corrió en la Copa del Mundo de Stock 1000 e hizo algunas carreras en el Campeonato del Mundo de Supersport. En 2014 destacó en el Campeonato del Mundo de Superbikes al llegar a la zona de puntos en nueve carreras. Luego continuó entre Stock 1000 y CIV y en 2017 volvió a la escena del campeonato mundial, conquistando posiciones importantes en las últimas carreras de WSBK. En los últimos años había eclipsado un poco pero nadie lo ha olvidado. Este año participará en el Trofeo Nacional 1000 con la Yamaha R1 del Team Rossocorsa.
“Es oficial este año haré el Trofeo Nacional con Rossocorsa – confirma Alessandro Andreozzi en Corsedimoto – Confieso que hace un tiempo me faltaron un poco de estímulos. Hubo un tiempo en que no sabía si seguir o dejar de correr porque ya no soy un niño, tengo 31 años y trabajo. Tenía mis dudas, pero luego, a medida que se acercaba la temporada, volví a tener ganas, ¡a lo grande! ¿Estoy en forma y por qué parar?“.
Durante el invierno se habló mucho de ti a nivel del mercado de motos CIV.
“Recibí varias llamadas y me hizo muy feliz. Evidentemente lo que había hecho en el pasado no se había olvidado”.
¿Por qué elegiste el Trofeo Nacional 1000?
“En este momento de mi vida y de mi carrera, lo veo como el campeonato adecuado para divertirme, relanzarme y luego volver al CIV como protagonista. El dueño de Rossocorsa me buscó y encontré un acuerdo: el equipo es bueno, la moto es rápida y creo que las condiciones son ideales para mí”.
¿Tienes ambiciones de ranking?
“El nivel es alto pero me gustaría intentar estar entre los tres primeros. No será fácil pero lo intentaré. Sin embargo, lo esencial es volver a ser protagonista, a experimentar esas sensaciones que hace tiempo que echo de menos”.