Día tras día, la lista de salida del Campeonato de Italia de Superbikes va tomando forma. Entre los corredores presentes seguirá estando Agostino Santoro, un chico de 26 años que vive en la provincia de Caserta. Está en su tercera temporada en el CIV SBK tras ganar el Trofeo Nacional 1000 de 2020. Ese año había subido al podio en cinco de siete carreras y había dejado atrás, entre otros, a Luca Salvadori, Christian Gamarino y Lorenzo Lanzi. Luego aterrizó en el CIV Superbike con un éxito mixto. En 2023 competirá con una Honda. Además de él, Simone Saltarelli con TCF y Luca Vitali con Improve ya han confirmado su participación con una CBR 1000 RR.
“En 2020 gané el título en el Nacional con los Broncos e inmediatamente pasé al Campeonato de Italia. Agostino Santoro le cuenta a Corsedimoto – Había seguido compitiendo con el equipo dirigido por Luca Conforti y había conseguido conquistar algunos puestos. Me hubiera gustado seguir con ellos, pero correr con las Ducati obviamente me cuesta demasiado. En 2022 tuve que buscar una solución más asequible y me fui a Black Sheep con un Honda, pero no fue la elección correcta para mí”.
¿Qué sucedió?
“Llegamos tarde al acuerdo, se saltó la pretemporada e incluso la primera vuelta. Corrí un poco con ellos pero no salió como esperaba. Mientras tanto, un DMR Honda estaba disponible y terminé el campeonato allí. Es un equipo con mucha experiencia y me lo he pasado muy bien”.
¿Planes para 2023?
“Los estoy definiendo estos días pero ya puedo decir que casi seguro haré el CIV Superbike con una Honda con un excelente equipo. Soy realista, no empiezo a ganar el campeonato porque un piloto como Michele Pirro está en otro nivel: no solo tiene una moto top sino que es rápido y está muy bien preparado. También hay otros grandes nombres y ya estar entre los cinco o seis primeros sería una gran cosa. Hay pocos pilotos pero todos muy fuertes. Bueno, trataré de molestar a los de enfrente”.
¿Eres particularmente aficionado a las Honda?
“Yo no vengo de las minimotos pero siempre me ha apasionado desde niño. Seguí el motociclismo en la televisión y en los periódicos. Un día leí que Honda estaba organizando selecciones para un trofeo reservado para niños que nunca antes habían competido. Éramos 150 y se llevaron a 28. Me eligieron. Todo comenzó a partir de ahí. Luego corrí en las categorías juveniles. En 2018 competí en la Copa Yamaha R1 y gané los Campeonatos Nacional y CIV de entonces. Creo firmemente en el potencial de Honda y creo que podemos hacerlo bien”.